Diego López Fernández, natural de Onda, que pronto cumplirá 19 años es la nueva figura surgida de las tierras de la Plana. Aspira a ser un referencia del Joc de Pilota tanto en calles, frontones y trinquetes valencianos como a nivel internacional. Compagina su intensa agenda deportiva con los estudios que le llevaran a la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte: la misma carrera que su padre. De Diego puede decirse que ha sido campeón en los torneos de su edad y en todas las modalidades de la pilota valenciana, incluidas las internacionales. Hoy es el mejor de los saques y el mejor de los restos en Llargues. Y hace unos días, en el trinquet de Vila-real, llenó sus gradas para derrotar en buena lid, y tras una exhibición a Puchol II. Sin duda ese triunfo, como los conseguidos ante Soro o Marc, colocan al joven pelotari de Onda, digno sucesor de las leyendas como Salvaoret de Vila-real; Antoniet de Almassora o Mezquita de Vila-real., en la elite del Joc de Pilota. Está llamado a ser campeón indiscutible. Su historia le avala, por sobrecogedora.
Nació junto a su hermanita, a los seis meses de gestación. Ella no pudo superar las complicaciones de todo tipo que conlleva un nacimiento tan prematuro. Diego fue más fuerte luchó en la UCI de prenatales contra una veintena de enfermedades. Tres meses de un sin vivir, de una insoportable angustia para Pedro y Victoria, sus padres. Diego luchó contra la opinión de la ciencia médica que además de algún neumotórax le detectó un derrame cerebral de grado tres. Estaba condenado a una posible parálisis cerebral de por vida y a seguras secuelas. La lucha de sus padres, acompañando a la batalla de su hijo les llevó al centro de rehabilitación de parálisis cerebral de la capital de la Plana. Su evolución fue un “verdadero milagro”, en palabras de sus progenitores. Rompiendo todos los pronósticos de la ciencia, Diego reaccionó, comenzó a gatear, a andar, a corretear, a hablar…y sus padres a llenarse de alegría y esperanza. “Nunca la perdimos… a pesar de resignarnos a tener un hijo con parálisis cerebral”, afirma su padre Pedro. Monitor de la escuela de pilota del club de Onda pronto detectó las especiales condiciones de su hijo para el deporte. Aquel bebé que luchó hora a hora contra infecciones sucesivas, que superó infartos y derrames cerebrales destacaba en todos los deportes. Diego optó por la pilota valenciana, el de su tierra. Sus condiciones le llevaron a las selecciones de jóvenes. Vicent Molines lo llevó a ser campeón en los europeos de jóvenes en España, Portugal y Holanda. Como seleccionador absoluto lo incorporó al equipo titular de la selección tantas veces campeona de Europa y del mundo. Mientras, destacaba en toda competición que surgiera en tierras valencianas. Ha participado en Llargues, Raspall, Frontón, One wall… y ahora aspira a ser el mejor en la Escala i Corda. Diego es joven que transmite un carisma especial. Sonríe con timidez pero muestra fortaleza anímica cuando compite. Sólo él y sus padres saben la fuerza que hay que tener para superar tan duras pruebas a las que fue sometido. Por ello han querido contar su historia: “ siempre hay esperanza…” afirman Pedro y Victoria.
