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Juan José Millás.

Reunión de cierre

Resulta que llevamos ya un cuarto de siglo sin la “princesa del pueblo” y yo sin enterarme. He sentido vergüenza cuando me lo han recordado las teles y las radios y la prensa de papel. A mi mujer le he hecho creer que estaba al tanto.

-¡Veinticinco años ya sin Diana de Gales! -he exclamado dejándome caer en el sofá con expresión de derrota.

-¿Qué dices?

-Que veinticinco años ya sin Lady Di. No sé cómo hemos sobrevivido a su pérdida.

-¿Te has tomado la medicina? -se ha limitado a preguntar.

A lo mejor resulta que a la gente le importa un pito este aniversario. Pero, de ser así, ¿por qué ha salido en todas partes? Estoy hecho un lío, francamente, no sé si debo conmoverme o no. He llamado por teléfono a mi hermano.

-¿Qué tal, Ricardo? -digo.

-Por aquí bien, ¿y vosotros?

-Pues la verdad, un poco impresionados.

-¿Por qué?

-¿Por qué va a ser? Por lo de la princesa del pueblo.

-¿Qué princesa, qué pueblo? -pregunta.

-¡Diana de Gales, hombre!

-¿Qué le ha pasado?

-Que se han cumplido 25 años desde su muerte.

Mi hermano permanece en silencio, luego llama a su mujer y le cuchichea algo sobre mí. Cuelgo, claro, y me voy al bar, donde el camarero me pregunta si me encuentro bien.

-¿Y tú? -le digo yo.

-Yo, sí. ¿Por qué?

Tras desistir de recordarle lo de la princesa del pueblo, me he ido a la mesa más alejada con mi gin tonic tratando de imaginar la reunión de cierre de un telediario en la que alguien anuncia que es el aniversario de la muerte de Lady Di.

-Pues hay que sacarlo en cabecera -dice muy seriamente el director (o la directora, puto genérico).

Y así, poco a poco, vamos seleccionando el material informativo que realmente nos concierne.

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