Los primeros años de vida conforman un importante momento en el desarrollo formativo, emocional y psicosocial de los niños y niñas. Los profesionales de la Educación refuerzan diariamente esa meta y, en situaciones como la vivida durante la pandemia, además impulsan herramientas para superar los momentos excepcionales. Por esta razón, valoramos la educación infantil como una etapa imprescindible para el crecimiento, a través de una apuesta firme hacia el estímulo temprano de sus capacidades. Desde esa línea, impulsamos políticas de escolarización que faciliten la conciliación, el derecho de las madres y padres a proseguir con su proyecto vital -no solo laboral-, en una etapa en la que los cuidados de los hijos e hijas requieren una dedicación especial.

Hace unos meses presentamos en rueda de prensa junto al secretario autonómico de Educación y Formación Profesional, Miguel Soler, importantes mejoras del Bono Infantil y del Cheque Escolar para la ciudad de València. La universalización de la gratuidad de 2 a 3 años que iniciamos este curso nos muestra excelentes datos: La escolarización de dos años se ha elevado hasta un 82,8 % en la Comunitat Valenciana en todas las escuelas infantiles públicas y privadas. Esta importante medida, junto al aumento de la dotación del cheque escolar (recordamos que todas las familias que lo solicitaron el pasado curso y cumplían los requisitos, lo recibieron) contribuye al fortalecimiento de la red de escuelas infantiles.

Una red que, desde la Concejalía de Educación, consideramos imprescindible para cubrir las necesidades de las familias y que este año se amplía con la apertura de la escuela infantil municipal Diputada Clara Campoamor en el barrio de Orriols. «Jugar para un niño es la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo, sabiendo que donde no puede llegar, lo puede inventar». Tal y como afirma Tonucci, los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando en los primeros años de vida.

Si queremos universalizar la educación, hay cuestiones fundamentales que deben generar herramientas para su integración. Este factor se acrecienta cuando los niños y niñas llegan a nuestra ciudad huyendo de circunstancias terribles. Porque ahí es donde la educación se hace mucho más necesaria, como camino de futuro y libertad. En ese sentido, tanto la respuesta a la escolarización sobrevenida, que proporciona plaza escolar a todos los alumnos como una prioridad en el momento de su llegada a nuestra ciudad, como la lucha contra el absentismo escolar son dos de los objetivos que trabajamos desde la concejalía.

El curso pasado contamos con la llegada de 2.421 niños y niñas de 62 nacionalidades diferentes que se incorporaron durante el período escolar. Una de las cifras más destacadas fue el aumento desde Ucrania que pasó de 32 a 314 escolarizados en la ciudad de València tras el estallido de la guerra. Estos datos refuerzan la gran labor de los docentes y las familias que trabajan la integración en el aula de todas esas historias, compartidas desde el entorno de la escuela. Según los informes de Acnur, cuando se trata de crisis humanitarias, la importancia de la educación infantil es doble. Los niños son uno de los grupos de población más vulnerables en situaciones de ese tipo y es preciso velar por su seguridad y sus derechos.

Como marco teórico de estas actuaciones, nos basamos en los principios contenidos en las dos redes de ámbito educativo a las que el ayuntamiento está adscrito: La Asociación Internacional de Ciudades Educadoras y en su Carta de Ciudades Educadoras (AICE) y la Ciudad de los Niños de Francesco Tonucci. Desde esta mirada hemos aumentado las oportunidades de aprendizaje del alumnado a través de los Proyectos Educativos, que son un complemento de las materias del aula y que en este curso aumentan hasta 177 propuestas. Cuentan con 26 novedades donde destaca el nuevo proyecto ‘Paseandera’ diseñado por primera vez para 0-3 años. El programa acercará la ciudad a los más pequeños a partir de la visita simbólica a tres espacios emblemáticos: la Plaza del Ajuntament, el Jardín del Turia y la playa.

Por otra parte, la educación infantil también implica la alimentación y nutrición adecuadas. Hace unos meses iniciamos un proceso de mejoras en los comedores escolares de las escuelas y colegios infantiles municipales que verán la luz durante este curso. El comedor como espacio de aprendizaje, así como la red de huertos escolares que sigue creciendo desde la excelente respuesta de los centros de la ciudad, constituyen importantes lugares de experiencia que complementan el trabajo de los docentes en el aula. Por todo ello, este nuevo curso escolar se inicia con más oportunidades para todos. Desde la Concejalía de Educación queremos contribuir a trazar un camino para que los niños y niñas puedan construir su futuro.