Cada año celebramos el Día Mundial de las Bibliotecas bajo un lema que resume alguno de sus objetivos. La pasada edición se centraba en los conceptos de aprender y descubrir, en 2020 ponían en valor su cercanía (estuvieron allí, aún con pandemias, medidas de seguridad y cuarentena para los libros), y este año subrayan su poder de cuidar y curarnos. Porque el poder de la lectura, no sólo acompaña, sino que aporta una ventana al mundo para conectarnos como sociedad.

Desde la red de Bibliotecas de la ciudad de València sabemos de la importancia de crear vínculos con la ciudadanía: 33 bibliotecas forman el tejido cultural presente en la mayoría de los barrios. Y con ellas, un conjunto de actividades que implica la participación de diversos colectivos, edades y formatos, a través de clubes de lectura, exposiciones, charlas, presentaciones y conciertos. Destacaría el camino de colaboración que hemos iniciado con Cruz Roja en el desarrollo de programación educativa e inclusiva. Talleres educativos dirigidos a toda la población, infancia, juventud y personas migrantes para favorecer su integración social, así como clases de castellano, refuerzo escolar o talleres de alfabetización digital son algunas de las acciones que hemos comenzado recientemente con esta organización.

Este año además, contamos con una doble conmemoración, cuando se cumple el 120 aniversario de la apertura de la Hemeroteca y Biblioteca Histórica. Y lo estamos celebrando dando voz a los fondos que conserva. Los que nos cuentan la vida cotidiana, los anuncios publicitarios, la literatura, las exposiciones de arte, los carteles de teatro, las crónicas sociales y las noticias políticas que acompañaron la realidad de una València en constante proceso de transformación. Los fondos de estos maravillosos lugares, también albergan otros materiales históricos como libros incunables, los primeros diarios de nuestra ciudad datados en el siglo XVIII, colecciones de revistas especializadas o llibrets de falla de gran valor documental.

Desde el año 1902 estos fondos están ahí para construir un relato, que sólo podrá trascender si lo mantenemos activo. Con este objetivo hemos elaborado la exposición Biblioteca Histórica y Hemeroteca Municipal de València. 120 años de información y cultura. 1902-2022 que podrá visitarse hasta el próximo 30 de octubre en el Palacio de Cervelló y posteriormente desde el edificio de la Plaza de Maguncia en el barrio de Tres Forques. Además, este proyecto, comisariado por Isabel Guardiola, Belén Gisbert y Rosa Mª Gregori, ha servido de homenaje a la generosidad de las donaciones recibidas durante todo este tiempo, a los bibliotecarios y archiveros que consiguieron que sus fondos llegaran a nuestras manos en el mejor estado posible y a los usuarios que han consultado, leído y compartido la información de sus estanterías. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de esta joya colectiva de nuestro patrimonio documental.

En este sentido, nos sumamos a la reflexión del profesor R. David Lankes, cuando afirma: «Las malas bibliotecas crean colecciones, las buenas bibliotecas crean servicios, las grandes bibliotecas crean comunidades». Ese ejercicio de implicación con la población sólo es posible a través de la excelente labor de los y las técnicos de las bibliotecas en nuestra ciudad. Gracias a este equipo, las bibliotecas están cada día más cerca, formando parte de los espacios colectivos e identificativos de nuestros barrios. Y por esta razón también, el mobiliario urbano de nuestras calles se muestra cómplice del Día de las Bibliotecas, y nos presenta el magnífico cartel de la diseñadora Patricia Bolinches que celebra el 24 de octubre.

Uno de los pilares de la política cultural se apoya en las funciones de las bibliotecas y consecuentemente deben dar respuestas a muchas necesidades que implican, por ejemplo, contar con equipamientos en continua transformación. Las bibliotecas son lugares de encuentro, espacios de participación y de intercambio cultural. O, como indica el lema de este año, la BiblioTEcuida.

Tenemos muchos retos por delante como la digitalización y la accesibilidad a las nuevas tecnologías, o el desarrollo del Plan Director que iniciaremos próximanente. Propuestas que seguiremos trabajando desde la participación social y la labor profesional de los bibliotecarios y bibliotecarias. Con la firme convicción de cuidar la vida a través de las buenas historias.