La afirmación del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, es de una contundencia que sorprende: «Los europeos deberíamos pedir perdón los próximos 3.000 años antes de dar lecciones de moral a otros». Poco fútbol en sus palabras. Patada adelante, como los malos defensas. El dirigente sale al paso de las acusaciones y defiende el régimen catarí. «Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra», viene a decir sin afirmarlo. Y lo cierto es que la hipocresía reina estos días, tanto en Qatar y entre los dirigentes de la FIFA que permiten que la dictadura pérsica se publicite en el mundo como algo que no es, como también en muchas de las bocas que critican la celebración del Mundial en un país que no asegura los derechos fundamentales de la ciudadanía. No olvidemos que con motivo del 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Qatar y España, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani realizó una visita de Estado a España en mayo de este año. No olvidemos tampoco que, según datos de Eurostat, dentro de la Unión Europea, en el año 2021, España fue el sexto proveedor de Qatar tras Italia, Alemania, Francia, Países Bajos y Bélgica y su cuarto cliente tras Italia, Bélgica y Polonia. El valor total del comercio entre España y Qatar alcanzó en 2021 los 990 millones de euros. Es decir, cuando de relaciones comerciales se trata, la dictadura catarí parece más benevolente para muchos empresarios. Real politik, dirán. Hipocresía.

Por otro lado, mucho se ha criticado, y con razón, a Qatar por su trato de los migrantes, con un régimen laboral que raya la esclavitud. Bien lo pude comprobar cuando viajé a Doha hace cuatro años. Exigentes jornadas laborales, sueldos indecentes, derechos mermados, libertades coartadas ¿Es comparable a España? No ¿Podemos arrogarnos el derechos a sacar pecho? No. Cada día, dos personas mueren por accidente laboral en España, un 18 % más que en 2021, según los datos provisionales publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. El secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CC OO , Mariano Sanz Lubeiro, culpa al deterioro de los sistemas preventivos en las empresas y a la falta de puesta en marcha de políticas públicas activas en materia de seguridad y salud en el trabajo. Terrorismo patronal, llegan a decir algunos. Y después tenemos casos como el inmigrante muerto en un olivar y abandonado en un centro de salud o la muerte de un migrante nicaragüense por un golpe de calor cuando recolectaba fruta en Murcia. Son sólo ejemplos de la situación en la que viven muchos migrantes (la mayoría), cuyos derechos son pisoteados a diario en España y otros países europeos.

Qué decir de la comunidad LGTBIQ+. En Qatar, encarcelados y asesinados. Las agresiones físicas contra el colectivo LGTBI se disparan un 70 % en 2022. Ese último titular es de España ¿Es comparable España y Qatar? Repito, no. Afortunadamente, mucho hemos mejorado en derechos sociales en defensa de colectivos históricamente perseguidos. Pero mucho queda por mejorar también, pese a que algunos (hombres siempre) piensen que existe una dictadura feminista bajo una ideología de género y homosexual. De Qatar podemos criticarlo prácticamente todo. Un país que no garantice los derechos humanos básicos de la población no merece calificativo positivo alguno. Pero, oye, Tarajal, Melilla, Lampedusa, Moria…