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A vuelapluma

Alfons Garcia

Le están dando la razón a Vox

Le están dando la razón a Vox Levante-EMV

Vaya pleno de desconsuelo. En primer lugar, porque pocas veces en los últimos años ha estado tan presente la actualidad española. Es de esos días que las Corts se convierte en un hermano pequeño (y pobre) del Congreso de los Diputados. Días como este dan una bofetada a todo aquella leyenda del autogobierno y dan la razón a los ultramontanos que rechazan las autonomías, aunque luego entren en sus ejecutivos y cobren sus buenos salarios. Si todo es sedición y ‘solo sí es sí’, el hemiciclo del Palau dels Borja no tiene sentido alguno. Pueden, sus señorías, dedicarse a otra labor más productiva para todos.

En segundo lugar, porque sonaron demasiados ‘peros’. Es verdad, señoría Catalá, que aquellos escraches bendecidos por la izquierda más pura sobraron. Es verdad que se usa demasiado el adjetivo de fascista, como si fuera gratis esa acusación. Siendo así, exponerlo en esta ocasión con toda la algarabía verbal resta credibilidad a la solidaridad con la ministra insultada en el Congreso con todo ese machismo casposo que exhibe ufana esta nueva ultraderecha. Y lo importante en este día era el apoyo a la mujer llamada Irene Montero. La ley del ‘sí es sí’ puede ser hoy tan mala como ayer, pero ninguna mujer merece las palabras infamantes que recibió ella. «No sean tan sensibles», llegó a decir la portavoz del PP. Fue el mismo «tienen la piel muy fina» de la síndica de Vox. ¿Qué solidaridad hay ahí? No era el día.

En tercer lugar, porque el Botànic gobernante vuelve a desconcertar al auditorio. La diferencia de opiniones está bien, pero exhibirla con todo lujo de detalles como buscó Compromís es pasar a dar una imagen de división que no ayuda si la voluntad es renovar en cinco meses el mandato. Quizá sí renta en lo particular e individual y eso es lo que importa en este momento.

Y fin. Escuchar en la casa de todos hablar de una «España de los machetazos multiculturales» es desalentador. Si se deja que la bilis inunde el ágora, ya saben quién lleva las de ganar.

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