La tele es mentira
El medio es el mensaje, dijo McLuhan, y la tele es mentira, ha dicho Patricia Conde, a la que los antisistema del entorno catódico alaban por desenmascarar a MasterChef Celebrity, el programa de entretenimiento más visto de nuestra televisión pública, sin entrar en las retransmisiones del Mundial, naturalmente.
La recordada copresentadora de Sé lo que hicisteis, aquel espacio de La Sexta que tuvo que bajar la persiana porque los jueces le cerraron el grifo de imágenes de Telecinco con las que trabajaban sin la cesión de derechos correspondiente, fue una de las elegidas para concursar en el talent show culinario que tiene mucho más de espectáculo que de exhibición de verdaderas habilidades en los fogones.
En un alarde de rebeldía contra la cultura del esfuerzo y la superación, la vallisoletana se cruzó de brazos porque no podía más. Optó por parar y poner su típica pícara mirada de humorista para superar el agobio que le había obligado a pedir un tiempo muerto y salir de la cocina, momento que fue editado como un tráiler de película de miedo para ser difundido como promoción del programa en las redes. Así de duro es MasterChef, se entiende, consigue que alguien llegue a sentirse bloqueada y sobrepasada ante 14 cámaras.
Sobre los estresantes modos de producción del espacio y el fomento de la conflictividad entre los participantes se viene hablando desde hace tiempo, sobre todo desde el suicidio de Verónica Forqué, que abandonó el concurso antes de tiempo. Los espectadores habituales cuentan que no entendían nada viendo la emisión del lunes y elucubran sobre qué pudo ocurrir para que el ambiente tóxico acabara en antena.
Entre los que piensan que estaba actuando para reventar el talent desde dentro y los que, por el contrario, creen que este pospartido forma parte del guion, quizá sea verdad lo que dijo: la tele es una mentira y yo tengo mucho sueño, estoy muy cansada, es decir, un fino «que os den».
Desde luego, no ayuda a la comprensión lectora su publicación en Instagram que no para de cambiar. Es lo que tiene la herramienta de Editar, las palabras se escupen, te arrepientes, vuelven retocadas y así hasta que es complicado seguir el discurso que incluía en alguna versión acusaciones – negadas por Shine Iberia- por el apagado de hornos para provocar el estrés de los concursantes, algunos de los cuales iban drogados.
Patricia Conde se cansó de competir y ser graciosa, aunque Jordi Cruz se enfadara con ella.
Más en la próxima edición.
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