VA DE BO

Un cántico de esperanza

Alberto Soldado

Alberto Soldado

Fu La Feria Internacional de Turismo es uno de los escaparates más rutilantes de cuantos puedan existir para la promoción de un territorio. La Comunidad Valenciana ocupa una buena parte del espacio reservado al turismo español, gracias a la apuesta de la Generalitat, de las tres diputaciones y de una ciudad emblemática como Benidorm. Hasta Madrid, ha viajado el Joc de Pilota para dejarse ver a través del X Campionat del Mon que se celebrará del 27 de marzo al 1 de abril en la ciudad de Alzira y con la presencia de 20 regiones llegadas de tres continentes: Europa, América y Asia. En FITUR con la modestia pero con la dignidad que siempre mostró este deporte se presentó la imagen y el contenido dela cita mundialista. Presentes en el evento, el director general de deporte, Josep Miquel Molla,el diputado a las Cortes Joan Baldoví, algunos alcaldes valencianos, y el presidente de la Diputació deValencia, Toni Gaspar. Como embajador del evento, el pelotari más distinguido en las dos últimas décadas: Alvaro Navarro Serra, once títulos individuales y tres campeonatos del mundo lo avalan.

En la impresionante obra de Víctor Agulló y Recaredo Agulló, dedicada al ciento cincuenta aniversario del Trinquet de Pelayo se recoge una crónica aparecida en el diario “El Pueblo” el 30 de diciembre de 1933 que supone, para los autores del libro, un “cántico de esperanza”. José María Hernández loa la historia de este deporte, el más popular hasta la llegada de juegos «exóticos». Califica de nuevos Quijotes a los mozos que se empeñan y consiguen recuperar la pelota en muchos pueblos. «el albo uniforme de los pelotaris (…) será con las proezas de sus juegos evocación para los viejos, asombro para los jóvenes y admiración para las mozas…» Deseos que, en cierta manera, se expusieron en la Feria de Turismo más importante de todo el mundo. Hoy, además de mozas que admiren a los pelotaris hay ya cientos, miles de mujeres que disfrutan de la práctica de este deporte. Muchas llegarán a Alzira de países lejanos, acompañadas de otras decenas de Quijotes que seguirán soñando en recuperar las paredes, las calles y las plazas para el juego que entusiasmó a literatos, pintores, escultores, en tierras de Valencia, del resto de España y de una buena parte de Europa, allá donde llegaron las costumbres heredadas de la cultura greco-latina, posteriormente fusionada con los juegos de pelota prehispánicos de regiones andinas, caminando de la mano, bajo el lema de «Unidos en la Diversidad», porque sólo desde el profundo respeto y consideración a las diferencias naturales podrá construirse una unidad generosa y sincera.

Todavía quedan muchos Quijotes dispuestos a que nuestro deporte entone un cántico de esperanza. Lo vemos en el éxito de las competiciones de profesionales, en la numerosa presencia de clubes en las competiciones federativas, en la proliferación de escuelas y en las competiciones internacionales de clubes y de selecciones, como la que veremos en marzo en Alzira.

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