Gema Alcañiz

Educación Ambiental de continuidad

Día Mundial de la Educación Ambiental.

Día Mundial de la Educación Ambiental. / IMEDES

Con el nuevo año, crecen nuestros propósitos. Pero si queremos conseguir mantener una buena forma física, tenemos claro que no nos servirá con ir un mes al gimnasio. O si queremos mantener nuestra casa limpia y ordenada, sabemos que no nos servirá con hacer un día de orden y limpieza intensiva. Ni siquiera funcionará contratar una persona para que venga un día puntual y haga ese trabajo.

Cuando lo que buscamos es un cambio de hábitos, lo que de verdad funciona es la constancia y el trabajo diario. Algo parecido ocurre con la educación ambiental. Hoy, 26 de enero, con motivo del Día Mundial de la Educación Ambiental, seguro que muchas entidades, empresas y administraciones públicas organizan actividades muy interesantes y motivadoras.

Pero si la propuesta de esas entidades no va más allá de una actividad puntual, poco podrá aportar a la educación ambiental si la entendemos como una herramienta de cambio, una educación ambiental transformadora que motive a la acción, que provoque un replanteamiento de nuestro modo de consumo y que aporte la información necesaria para poder ser parte de las soluciones que debemos poner en marcha si queremos evitar las peores previsiones derivadas de las crisis climática y ecológica en general a la que nos enfrentamos.

Si lo que queremos es conseguir esos cambios de hábitos y esa implicación de la ciudadanía en las soluciones, necesitamos dar continuidad a las acciones de educación ambiental. Para ello, los proyectos estables con proyección en el tiempo aportan esta posibilidad de continuidad a la vez que aportar una estabilidad a los equipos de educación ambiental que permite mejorar su profesionalidad, formación e implicación con las personas destinatarias.

Además, es fundamental contar con una amplia red de agentes que puedan funcionar de correa de transmisión de la información aportada por los equipos de educación ambiental, que colaboren en su difusión y hagan de altavoces de la educación ambiental.

Por suerte, contamos con periodistas, profesorado, profesionales de la ciencia y muchas otras personas que colaboran con los equipos de educación ambiental para lograr que se consigan esos cambios que consideramos tan necesarios para lograr una sociedad más justa desde el punto de vista social y ambiental.

En el Día Mundial de la Educación Ambiental, disfrutemos de todos los eventos que se organizan para celebrarlo, pero reclamemos que se siga teniendo en cuenta a la educación ambiental los 364 días restantes. Ese debe ser nuestro propósito principal del año.