REFLEXIONES

Montpellier, 815 años de Jaume I

Alejandro Mañes

Alejandro Mañes

Caminar por el paseo conocido como, València al Mar, hoy Blasco Ibáñez, supone disfrutar del encuentro con la Facultad de Medicina, cuya fachada nos lleva a recordar la de la Facultad de Medicina de Montpellier, creada en 1220, la más antigua del mundo occidental todavía en activo, y, dentro de ella la inscripción dedicada a Arnau de Vilanova, entre sus alumnos ilustres, probablemente el médico más importante del mundo latino medieval, implicado también en cuestiones político religiosas de su tiempo.

Arnau de Vilanova, nacido hacia 1238, en Villanueva de Jiloca, cerca de Daroca, según parece, o en Lleida, cuyo linaje ilerdense él mismo reconoce, o en el Grao de València, hacia donde, si no fue así, emigraría muy pronto, cuando el Reino de València, fue conquistado por el rey Jaume I, entre los años 1232 a 1245, estudió Medicina en Montpellier en 1260, y en 1280 era ya médico prestigioso.

Diez años más tarde se encuentra de nuevo en Montpellier como maestro de su pujante Escuela médica, aunque no por ello deja de atender sus intereses valencianos y la salud de la familia de Jaume II el Just. Este rey, gran amigo de Arnau de Vilanova, le enviaría en 1299 a la corte de Francia en misión diplomática, y en París iba a dar a conocer las ideas que había ido desarrollando acerca de la necesaria reforma de la Iglesia.

El prestigio de que goza le permite intervenir en las tensiones entre la Santa Sede y el rey de Sicilia. Era el joven, Federico II de Sicilia, el que confió al maestro Arnau de Vilanova, unos sueños misteriosos, cuyo significado interpretaría, relacionándolo con otros tenidos por Jaume II el Just, en el sentido de que ambos reyes hermanos, nietos de Jaume I, habían de promover la acción renovadora de la Iglesia, que él preconizaba.

Jaume I, hombre culto e inteligente, nacido en Montpellier en 1208 - el día 2 de febrero pasado, hizo 815 años - se convirtió en soberano de la Corona de Aragón con tan sólo cinco, al morir su padre en la batalla de Muret, en 1213. Conquistador de València, el 9 de octubre de 1238, con apenas treinta años - este año se cumple el 785 aniversario - su pendón real figuró alzado en la torre situada en el lateral de la actual Iglesia del Temple, y promovió, el Llibre dels Furs, para convertir las tierras conquistadas en València en un reino diferenciado, unido a la Corona de Aragón.

La conquista del Reino de València alcanzó hasta 1245, con los límites estipulados en el Tratado de Almizra firmado en 1244, entre Jaume I y el infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio, y yerno suyo por matrimonio con su hija Violante, para delimitar las áreas de expansión sobre territorio musulmán entre Castilla y la Corona de Aragón. Las tierras al sur de la línea Biar a Vilajoiosa quedaron reservadas para Castilla, incorporándose al Reino de València más tarde, aun manteniendo la división lingüística, que hasta hoy perdura hablando castellano.

A la muerte de Jaume I, acaecida en Alzira el 27 de julio de 1276, dividió sus reinos entre sus hijos Pedro III de Aragón - padre de Jaume II el Just y Federico II de Sicilia - al que correspondieron, Aragón, Cataluña y València, y Jaime II de Mallorca, quien recibió las Baleares, el Rosellón y Montpellier.

Arnau de Vilanova, moriría en Génova, en 1311, cumplidos setenta años, mientras los restos de Jaume I permanecen en el Monasterio de Poblet, y los de su nieto Jaume II el Just, fallecido en Barcelona, en 1327, en el Monasterio de Santes Creus.