María, 68 años, busco trabajo

'A mi edad, en otra vida, debería estaría pensando en descansar, en que me cuiden después de tantos años de trabajo pero eso sería en otra vida'.

'Mis hijas preferirían otra cosa pero es lo que hay'.

'Mis hijas preferirían otra cosa pero es lo que hay'. / L-EMV

Isabel Olmos

Isabel Olmos

Me llamo María, tengo 68 años y soy uruguaya. Busco trabajo urgente en lo que sea: limpio casas y cuido a personas mayores. Tengo dos hijas adolescentes que también me pueden ayudar. Por eso no hay problema. Lo que haga falta. Mi marido tiene un problema de salud grave, respiratorio, y como llegamos hace pocos años a España no tenemos nada ahorrado. Pensábamos que las cosas nos irían mejor. Limpiaba en varios pisos de València y Torrent cuando empezó todo lo del coronavirus y nos confinaron. Algunos de los propietarios me pagaron un par de meses aún sin ir a limpiar porque les daba pena mi situación; a otros los recuperé tras el parón de la pandemia, pero ahora ya no me quedan casi. Apenas tengo ingresos. La subida de los precios de todo ha hecho que mucha gente recorte en cosas que piensan que ellos mismos pueden hacer, como la limpieza. Yo lo entiendo porque ahora todo está muy, muy caro: la comida, la luz...Hay que ver. El alquiler no me lo suben todavía pero ya he escuchado que, por el incremento eléctrico, la comunidad de propietarios va a subir la cuota de la finca así que supongo que el dueño me lo subirá a mi también. Es normal. Antes mis hijas estudiaban pero no ha sido posible seguir así.

La subida de los precios de todo ha hecho que mucha gente recorte en cosas que piensan que ellos mismos pueden hacer, como la limpieza.

Las tengo en casa si yo trabajo y cuando pueden hacen cosas fuera ellas también. Sobre todo limpian. Lo hacen muy bien pero claro, no es lo suyo, ellas querrían hacer otra cosa. Yo lo entiendo porque no es plato de buen gusto limpiar si ves a tus amigas o compañeras estudiando o haciendo otras cosas más bonitas. Nunca me han hecho un contrato ni he cotizado, no por no querer sino porque no me llegaba. A mi edad, en otra vida, estaría pensando en empezar a descansar, en que me cuiden a mi después de tantos años de trabajo. Pero ya digo, será en otra vida porque ya me veo hasta los 80 cuidando a ancianos como yo. ¿Se imagina? Una anciana cuidando a ancianos. ¡Qué locura! Pensaba que mis hijas ya no harían esto pero ahora ya no sé qué decir. Ojalá sean mis nietas quienes hagan otra cosa. Dios lo quiera así’. ¿Usted qué cree? ¿Serán ellas?’