CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

Salidas a Bolsa que se han quedado en el limbo hasta...

Martí Saballs

Martí Saballs

Tras haber salido a Bolsa el 17 de abril, Greening ha pasado de valer 143 millones a 200 millones. Un éxito para esta compañía de ingeniería fabricante de productos de autoconsumo de energía. Una más dentro de la oleada de empresas que buscan El Dorado de las renovables en unas semanas donde la otra noticia ha sido la suspensión de la cotización por discrepancias contables de la gallega EiDF, el mayor éxito bursátil de los últimos dos años. Greening, creada en 2011 en la Universidad de Granada, es la única excepción en el desierto de OPV’s (Ofertas Públicas de Venta de acciones) en que se ha convertido el mercado de renta variable español. En los últimos dos años no han faltado candidatos ni interés. ¿Concreciones? Pocas. La última gran OPV fue la escisión del área de renovables de Acciona, empresa controlada por la familia Entrecanales. Hoy, Acciona Energía ya vale más, 10.700 millones, que la propia Acciona. Tras la pandemia, bancos de inversión y analistas bursátiles empezaron a elaborar sus predicciones de nuevas salidas. La invasión de Ucrania y la subida de los tipos de interés han generado nuevas incertidumbres a las opciones bursátiles. La Bolsa, como herramienta para atraer capital y financiar el crecimiento futuro de la empresa, no genera interés ahora mismo. Desde otra energética, Factor Energía, hasta Europastry -cuyos donuts, cruasanes y pan están presentes en cientos de puntos de venta a diario- son una decena las empresas que han decidido aplazar cualquier interés hasta que cambien las condiciones del mercado. Mecalux, empresa de almacenaje de la familia Carrillo, que había previsto regresar al parqué, también ha suspendido hasta nuevo aviso su salida. Igualmente lo han hecho Tendam Brands -entre otras marcas tiene Cortefiel, Springfield y Women’Secret,- la empresa de juego Cirsa y de transporte Primafrío. Ibercaja también se ha replanteado la salida y sigue estudiándolo a futuro el banco privado Singular Bank y la petrolera Cepsa. ¿El Corte Inglés? Su nombre siempre aparece en las quinielas y al decisión de su accionista Mutua Madrileña, que controla el 8% puede ser decisiva a medio plazo siempre de acuerdo con los deseos de la familia fundadora y la presidenta del grupo Marta Álvarez. La gran mayoría de las compañías que han salido en las quinielas o han mostrado un interés bursátil tienen un común denominador: en su accionariado hay fondos de capital riesgo. Apollo Infraestructures tiene el 49% del grupo murciano Primafrío; MCH está en la empresa de la familia Gallés, Europastry; Blackstone posee todo el capital de Cirsa, la empresa que vendió la familia Lao para crear su propio fondo de inversión; CVC y Pai Partners están en el capital de Tendam y JZI y un fondo de pensiones público canadiense en la compañía que preside Emili Rousaud. Carlyle es accionista minoritario de Cepsa, controlado por el fondo soberano de Abu Dhabi. Carlyle también tiene la mayoría de Codorniu, y no niega que la bolsa es un objetivo a largo plazo. El fondo Warburg Pincus mantiene el 90% de Singular, donde el ex CEO de Banco Santander, Javier Marín, y otros directivos tienen el 10%.

El grupo familiar de materiales de construcción almeriense Cosentino (1.711 millones de ventas, de las cuales un 92% son internacionales) fue el que estuvo más cerca de iniciar el proceso de OPV este año. Ha pospuesto el salto hasta el año próximo después de que se conocieran casos de contaminación por silicosis y se iniciaran los pleitos frente a los que la compañía ha provisionado ocho millones de euros.

¿Y otros grupos familiares como Mercadona, Puig, Mango, GB Foods, Antolín, etcétera? Ni quieren oír hablar de ello.

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