Ágora

Defender los sueldos

Sandra Gómez

Sandra Gómez

Por mucho que escuchemos recurrentemente que el trabajo no es lo más importante de la vida, es difícil que nada en la vida funcione sin que podamos trabajar. Tener un empleo y poder vivir de tu empleo es esencial para la gran mayoría. Indispensable para todas las personas que no tienen la vida resuelta desde la cuna. O, aunque también se haya puesto de moda hablar de salaros emocionales, a menudo como forma de romantizar la precariedad, el sueldo determina tus posibilidades, inquietudes y preocupaciones. El mejor salario emocional, se usen los neologismos que se quieran, es que tu sueldo sea suficiente como para no tener que vivir angustiado o angustiada.

Por eso, la gran noticia política no es la enésima polémica agitada en precampaña, ni el penúltimo descalificativo de la Trump madrileña. Lo más importante que ha ocurrido es el acuerdo entre la patronal y los sindicatos para subir salarios. El famoso ‘pacto de rentas’ que va a permitir que, si han subido los precios, también suban los sueldos.

Y aunque no sea ningún regalo, porque supone no perder poder adquisitivo, se trata de una medida absolutamente fundamental para que esta crisis, a diferencia de la anterior, no se salde con una precariedad que dure una década. Esto supone un hito y se consigue por la vía del acuerdo de los agentes sociales que, pese a los continuos intentos para desacreditarlos, se han demostrado primero en la pandemia y ahora en las dificultades económicas provocadas por la guerra muy por encima de la oposición en cuanto a altura de Estado. Mientras la derecha política se pasea por Bruselas pidiendo que no lleguen fondos europeos a España, patronal y sindicatos han logrado acordar el modelo de ERTE que salvó centenares de miles de empleos durante la pandemia, la reforma laboral que ha logrado el record histórico de personas trabajando y contratos indefinidos en nuestro país y, ahora, un acuerdo de subida salarial que Feijóo y los suyos había tachado de ataque a los empresarios hace sólo una semana, durante el Primero de Mayo.

Ha sido una negociación larga, probablemente demasiado, pero gracias a la responsabilidad de unos y a que no gobierna una derecha que no creía que este acuerdo fuera necesario, un valenciano o una valencia cobrará un 4% más este año y un 3% cada uno de los dos siguientes. Un 10% en estos tres años, revisable al alza si la inflación lo exige, que ayudará y mucho a la gran mayoría, a todas las familias trabajadoras.

¿Habría sido posible sin sindicatos que mantuvieran sus reivindicaciones? Rotundamente no. ¿Habría sido posible sin que muchas empresas entendieran que esto era lo mejor para todos, también para el conjunto de la economía de la que forman parte? Claro que no y hay que ponerlo en valor. Y, ¿habría sido posible sin un Gobierno que apoyara y empujara el diálogo social? Rotundamente tampoco.

Por tanto, hay una fórmula de éxito económico para la mayoría, especialmente cuando las cosas son difíciles. Sindicatos fuertes, empresarios conscientes de que la economía debe ser sostenible, también en lo social y, por supuesto, que gobiernen aquellos que defienden tus intereses. Es decir, aquellos que defienden tu sueldo.