Dime que me lees

El estorninode Mozart

Manuel Peris

Manuel Peris

Para los aficionados a la música clásica no es un arcano. Muchos conocen la historia por las notas que acompañan algunas grabaciones del «Concierto para piano nº 17 en sol mayor» de Wolfgang Amadeus Mozart. También, por sus biografías. La monumental de Jean y Brigitte Massin (Turner) da cuenta de los 34 kreuzers que Mozart pagó por la compra de un estornino en una pajarería de Viena.

Para dejar constancia del enorme cariño que le tenía, los biógrafos transcriben el poema que dedicó al pajarillo antes de enterrarlo solemnemente en su jardín tras tres años de convivencia.

A partir de este episodio, Lyanda Lynn Haupt ha publicado el ensayo El estornino de Mozart (Capitán Swing) en el que intenta desentrañar algunos de los misterios de la relación entre el pájaro y el genio. Al parecer, Mozart decidió comprar el estornino al oírle cantar un pasaje del allegretto de dicho concierto, compuesto apenas unos días antes, pero que aún no había sido interpretado.

De ahí que algunos comentaristas hayan especulado con la posibilidad de que el canto del pájaro hubiera inspirado el pasaje mozartiano. Algo improbable, aunque no imposible.

Dado el espíritu juguetón de Mozart, lo más verosímil es que en los días que andaba componiendo el concierto, al pasar por la pajarería, hubiera estado interactuando con el estornino y que éste, como ave cantora e imitativa, hubiera asimilado la melodía, acabando por seducir al compositor.

Intrigada por el misterio, Lyanda Lynn Haupt, que además de ornitóloga y filósofa toca el violín, decidió criar en su propia casa un estornino e intentar desentrañar la relación de Mozart con el suyo.

Con esta especie los humanos tenemos una relación de amor/odio: eficaz para combatir algunas plagas de insectos; es también considerada una plaga en algunas regiones por los efectos devastadores en las zonas agrícolas y la suciedad con que sus excrementos tiñen patios, azoteas y coladas.

Desde un punto de vista estrictamente científico, el libro de Haupt posiblemente no aporte mucho a la investigación publicada en 1990 en American Scientist, por Meredith J. West y Andrew P. King con idéntico título, Mozart’s Starling. Investigadores a los que también sigue en su especulación sobre si el canto del estornino inspiró también «Una broma musical» (K 522), obra compuesta por Mozart inmediatamente después de la muerte de su mascota y de su padre, Leopold, a cuyo entierro no asistió. Tampoco es muy novedosa su aproximación al personaje de Papageno de La flauta mágica.

Sin embargo, la autora consigue seducir al lector con su amor por la naturaleza y su afán por mostrarnos de la mano de un humilde pajarillo el ideal mozartiano de representar musicalmente «la armonía salvaje e imperfecta del mundo que habitamos». No es poco.

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