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Opinión | bolos

Tsipras apaga la luz

El exprimer ministro griego y líder de Syriza, Alexis Tsipras.

El exprimer ministro griego y líder de Syriza, Alexis Tsipras.

Cuatro días ha tardado Alexis Tsipras en dimitir tres la derrota electoral. El líder de la izquierda griega fue de los primeros en plantar cara a la austeridad que impuso Bruselas tras la grave crisis financiera helena de 2008. Aquello que se llamó austericidio pilló en fuera de juego a Zapatero. Luego vino el gobierno de Rajoy, el 15M, Podemos, Pedro Sánchez, la guerra de Putin y ahora Yolanda Díaz. Tsipras lideraba Syriza desde hace tres lustros y ejerció como primer ministro de Grecia entre 2015 y 2019, pero el domingo pasado la principal formación de la izquierda helena se quedó a más de veinte puntos de Nueva Democracia, del primer ministro Kyriakos Mitsotakis y con cien escaños menos que el partido conservador ganador.

Syriza era un pequeño partido de izquierdas que ocupó el espacio del Pasok tras los escándalos de corrupción de sus dirigentes. Pero el aire nuevo de Tsipras y la defensa de la gente helena frente a los burócratas de Bruselas le valió la confianza mayoritaria de Grecia, pese a las trempanas escisiones de Varufakis. Hubo tantas miradas a la nueva izquierda griega que incluso se dijo que Iñigo Errejón era Tsipras y Pablo Iglesias más Varufakis. Syriza ha seguido la misma suerte que Podemos, pero allí el Pasok pasó a mejor vida, y la mayoría de sus antiguos votantes se han refugiado en los conservadores. En cualquier caso, hay que valorar el epitafio del que fue considerado el valor emergente de la izquierda mediterránea. «Hay momentos en los que hay que tomar decisiones cruciales y un ciclo se cierra y otro debe abrirse para nuestro partido», dijo el jueves tras anunciar su dimisión. Las elecciones del 28M marcaron un cambio de ciclo que todo apunta que se consolidará el 23J, pero la resistencia de algunos barones socialistas a seguir el camino de Tsipras puede bloquear el tablero político y complicar la entrada de aire fresco.

Grecia fue la cuna de la democracia, y al menos el líder de Syriza ha sido fiel a aquellos principios. Por cierto, Tsipras se va con 48 años.

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