Opinión
De Éfeso a Selçuk, el camino a la reindustrialización
Sin pretender hacer un exhaustivo recorrido histórico de la que fue una de las doce ciudades jónicas a orillas del mar Egeo, pasear por la bella Éfeso nos permite abordar lo efímero de las grandes épocas y las oportunidades perdidas. Si bien, en la antigüedad clásica, Éfeso fue una importante ciudad portuaria gracias a su floreciente actividad comercial, además de ser centro religioso y cultural; a partir del siglo V, acosada por diversos pueblos enemigos y debido al retroceso del mar por diversos procesos de sedimentación y erosión, ésta inició una paulatina e inexorable decadencia competitiva.
Éfeso es la metáfora de las advertencias que pueden extraerse del informe "El futuro de la competitividad de Europa", elaborado por Mario Draghi; tan de moda en los ambientes políticos y económicos. Eso sí, citando algunas de sus interesantes reflexiones y, sobre todo, obviando aspectos tan cruciales como la financiación que promulga: 800.000 millones de euros anuales (5% PIB europeo).
Hablar de soberanía tecnológica frente a las grandes potencias foráneas, como China y Estados Unidos, no es algo nuevo. Desde la antigüedad, las ciudades más florecientes fueron acosadas tanto en lo económico como en lo cultural; los sectores económicos, al igual que en la actualidad, sufrieron cambios drásticos que acabaron con civilizaciones enteras…
Para el que esté tentado de realizar una profunda lectura de este prolijo documento, las iniciativas que promueve el político italiano abarcan un total de 10 sectores (energía, materiales críticos, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias intensivas en energía, tecnologías limpias, sector del automóvil, defensa, espacio, sector farmacéutico y transporte) e identifica cuáles deben ser las prioridades, o más bien las oportunidades, para Europa; si, finalmente, ésta quiere ser mucho más que un sumatorio de países.
Ligar nuestro futuro a Europa está muy bien, pero quizá debiéramos analizar si tendríamos que empezar por repensar cómo optimizar nuestra estrategia, como país y como región. Desarrollar un ambicioso plan de reindustrialización, aplaudido en lo conceptual, supone priorizar e invertir en sectores e iniciativas estratégicas, de gran calado e impacto socioeconómico.
Precisamente, por no disfrutar de una situación económica boyante, penalizada por la injusta y sempiterna infrafinanciación, es el mejor momento para alejarnos del ‘café para todos’ y exigir que impere la eficiencia en las decisiones que, desde la gestión pública, contribuyan a garantizar el mayor retorno positivo a nuestra sociedad.
El ocaso de Éfeso nos lleva a la actual Selçuk, ruinas de su antiguo esplendor grecorromano; donde la renuncia a su civilización y su esplendor comercial la llevó al olvido hasta su ‘descubrimiento’, en 1869, por parte del arqueólogo John Turtle Wood.
Europa, España y la Comunitat tienen pendiente definir su propio destino: ¿Éfeso o Selçuk? Construir un futuro supone acción, más allá de los grandes anuncios. Supone trabajar, ecosistémicamente, por la competitividad de nuestros sectores industriales y nuestra región. Supone, en definitiva, pasar a la acción de la reindustrialización, real.
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