Lo humano y lo político

El derecho a la vida y a la integridad fisica de las personas es el primer derecho fundamental y el más importante . No es en vano . Sin vida no hay derechos , ni hay nada.

Por su parte , el fin último de la política es conseguir el mayor bien de los ciudadanos que integran un determinado territorio. Y para ejercer ese bien, han de estar vivos.

La tragedia que ha azotado nuestra comunidad pone en jaque la eficacia de las autonomías, creadas precisamente para una mejor gestión del territorio , de las provincias y de las comunidades autónomas , y no, para demostrar quien tiene más o menos poder, quien tiene o no la razón o quien lo hace mejor, los rojos, los verdes o los amarillos, que decía Cantinflas.

La vida humana está por encima de la política y quiero gritarlo a los cuatro vientos. No es extraño escuchar la indignación, la rabia y la desesperación de un pueblo que se ha sentido abandonado por quienes debían ayudarle, y han visto arrebatado no solo a sus seres queridos, sino sus casas, sus trabajos, sus viviendas y el esfuerzo de toda su vida. La negligencia mata, la ineptitud también. Cuando hay una tragedia, es una obligación moral y politica saber reaccionar rápido, estar capacitado para ello, y si no, dedicarse a otra cosa.

¿Por qué tardaron más de cinco horas en dar una alarma que la agencia nacional de metereologia envió con anticipación y aviso de alerta roja?

¿Por qué a estas alturas no se ha declarado la emergencia nivel 3 o el Estado de alarma?

¿Por que han llegado todos tan tarde?

Por burocracia y por evitar tensión política.

Nada más llegar al poder, el nuevo gobierno de la Generalitat eliminó la Unidad valenciana de emergencias (UVE) creada por el gobierno anterior para hacer frente a posibles catástrofes como ésta. Gran error. Alarderaron de ello, dijeron que era un chiringuito, una ocurrencia. No profundizaron, no calibraron la posibilidad de una tragedia medioambiental, a pesar de que el cambio climático viene anunciándose desde hace veinte años, desde el 2003, y va in crescendo. Entonces lo negaron, y hoy lo siguen negando, y aunque el sentido común diga que «más vale prevenir que curar», no se puede prevenir lo que se niega.

Lo malo es que esta negación ha costado muchas vidas.

El pueblo valenciano ha dado una lección de solidaridad, y ha sido el único que ha sabido reaccionar a tiempo, con una rapidez y una eficacia que emociona. Ha demostrado con el ejemplo la humanidad de su gente y el compromiso de los jóvenes, una generación que ha dado a conocer su calidad humana, a pesar de los desalmados y violentos que se aprovechan de la desgracia ajena para robar o desestabilizar el país.

Indignación y solidaridad. Desolación y solidaridad. Decepción y solidaridad. Tristeza y solidaridad. Violencia y solidaridad.

La soberanía nacional reside en un pueblo que hoy está de luto y necesita políticos valientes , eficientes y humanos que sean capaces de poner por delante de sus intereses la vida de las personas