Opinión

Investigador distinguido CIDE-GENT. Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva, Universitat de València

S.O.S. Albufera: Impactos de la DANA en el Parque Natural de l'Albufera

Parque Natural de l'Albufera: Restos de medicamentos y plásticos en la zona del barranco del Poyo.

Parque Natural de l'Albufera: Restos de medicamentos y plásticos en la zona del barranco del Poyo. / Javier Jiménez

La reciente DANA ha dejado, además de graves pérdidas humanas, económicas y materiales, una gran extensión de tierras inundadas y una devastación considerable en los cauces de ríos y ramblas. Uno de los entornos naturales más afectados ha sido el Parque Natural de l'Albufera de Valencia, un enclave de especial relevancia por albergar numerosas especies amenazadas de aves, peces e invertebrados, y por alojar el lago de agua dulce más grande de España: el lago de l’Albufera.

Durante la DANA, el parque recibió una masiva afluencia de agua a través del barranco del Poyo, que desemboca en la zona norte del lago, y del río Magro, que se desbordó y penetró por los arrozales de la zona sur, vertiendo sus aguas al lago mediante los canales de riego. Estas aguas han arrastrado toneladas de cañas, barro y residuos urbanos que se han esparcido por el parque, alcanzando muchos de ellos el lago de l'Albufera.

Imagen satelital de la NASA donde se muestra la entrada de agua en el Parque Natural de l´Albufera tras el desbordamiento del barranco del Poyo (zona norte) y tras el desbordamiento del rio Magro (zona sur).

Imagen satelital de la NASA donde se muestra la entrada de agua en el Parque Natural de l´Albufera tras el desbordamiento del barranco del Poyo (zona norte) y tras el desbordamiento del rio Magro (zona sur). / NASA

Es importante recordar que el lago de l'Albufera es un ecosistema extremadamente vulnerable, sometido a un alto nivel de eutrofización cultural debido al vertido de aguas de origen industrial y urbano en las décadas de los 70 y 80. Esta situación ha fomentado una alta biomasa de algas que le confiere el característico color verde. Sin embargo, tras la riada producida por la DANA, en algunas zonas este color verde ha sido reemplazado por un tono marrón parduzco debido a la alta concentración de sólidos en suspensión. Tanto las algas como los sólidos en suspensión contribuyen a la turbidez del agua, dificultando la evaluación de la cantidad de residuos que se encuentran sumergidos en el lago actualmente.

'Islas de residuos'

Sin embargo, algunos de los impactos producidos por la DANA ya los podemos apreciar a simple vista. Por un lado, el arrastre de residuos sólidos (cañas, plásticos, ropa, mobiliario doméstico y urbano) ha alterado la configuración del paisaje, creando "islas de residuos" y modificando la zona litoral del lago. Esta acumulación de residuos es especialmente visible en los municipios de Masanasa y Alfafar, al noroeste del lago, debido al aporte del barranco del Poyo y el arrastre sufrido por el viento de levante que soplaba durante la DANA.

Otro de los efectos más notables ha sido la sedimentación de grandes cantidades de lodo, que se ha depositado de forma desigual a lo largo del lago. En algunas zonas del lago, principalmente en la zona norte, se distingue una capa de sedimento gris oscuro, cubierta ahora por una nueva capa de color marrón claro, resultado de la decantación del lodo y los sólidos en suspensión.

Parque Natural de l'Albufera: Residuos urbanos en la zona del barranco del Poyo.

Parque Natural de l'Albufera: Residuos urbanos en la zona del barranco del Poyo. / Javier Jiménez

También se observa una gran cantidad de residuos urbanos flotantes, especialmente plásticos, incluyendo macetas (posiblemente de algún vivero), neumáticos y todo tipo de plásticos de uso doméstico (bolsas, botellas, envases). En las zonas agrícolas anegadas, además, se ha detectado la presencia de grandes fardos de plástico prensado, y de microplásticos en forma de pellets (los denominados microplásticos primarios) utilizados en la industria para fabricar piezas y utensilios de plástico.

La riada también ha traído consigo un gran número de contaminantes de origen agrícola, urbano e industrial. El agua ha arrastrado la capa superficial de casi 20,000 ha de suelo agrícola, movilizando residuos de fertilizantes y plaguicidas. Además, los envases encontrados en los márgenes del lago sugieren que la riada arrastró medicamentos, productos de limpieza, pinturas, disolventes y combustibles almacenados en garajes y polígonos industriales, así como residuos de aceites y combustibles de los casi 100,000 vehículos dañados. Este fenómeno se ha agravado debido a que el agua de la DANA se mezcló con aguas residuales, mientras que algunas depuradoras han quedado temporalmente fuera de servicio, lo cual además aumenta el riesgo de contaminación biológica por bacterias fecales en las aguas superficiales. Aunque muchos de estos contaminantes no se aprecian a simple vista, se debe tener en cuenta que son altamente tóxicos para los organismos acuáticos, y además muchos de estos pueden bioacumularse, afectando a las poblaciones acuáticas del parque y a los cultivos agrícolas de la zona.

Controles periódicos

Tras unas primeras mediciones de calidad del agua (realizadas el 11 de noviembre) en el lago de l'Albufera, se percibe una clara reducción de la conductividad (concentración de sales disueltas) y de la concentración de oxígeno en la zona norte del lago, como resultado de la entrada de aguas pluviales y del arrastre de materia orgánica a través del barranco del Poyo. Aunque el resto de parámetros fisicoquímicos básicos no muestran desviaciones importantes por ahora, es esencial controlarlos periódicamente para detectar cualquier tipo de desequilibrio en el sistema. Además, se deben realizar varias acciones para evaluar los daños producidos por la DANA. Es fundamental cuantificar los residuos sólidos que han ingresado al lago y planificar su extracción. También es necesario evaluar cómo la sedimentación de lodos ha modificado la batimetría del lago y el posible cambio en su volumen debido al aumento de la capa de sedimentos. Asimismo, es importante analizar la presencia de contaminantes potencialmente tóxicos y su impacto en el ecosistema, así como reparar las estructuras de saneamiento y depuración de aguas residuales que hayan sufrido daños.

Mancha de aceite en el lago de l'Albufera.

Mancha de aceite en el lago de l'Albufera. / Andreu Rico

Aunque todavía es prematuro estimar el costo económico de los daños causados por la DANA, es evidente que no podemos subestimar su impacto ambiental, especialmente en áreas de alto valor ecológico como el Parque Natural de l'Albufera. Es urgente destinar recursos y apoyar el trabajo de técnicos e investigadores para obtener un diagnóstico preciso del estado de salud del parque. Además, es necesario definir medidas concretas para restaurar los daños ecológicos ocasionados por la DANA y mejorar el estado ecológico del lago, el cual ya presentaba deficiencias antes de este desastroso fenómeno.

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