Opinión | Tribuna

No más protocolos, por favor

Los valencianos no necesitamos más protocolos ni que se eleve a la categoría de Conselleria la gestión de emergencias. Sería desdeñar el objeto de revisión. Ya existen muchos que delimitan claramente las funciones y coordinaciones. Estamos ante un incumplimiento de estos, y quizás ante una falta de enriquecimiento de sus funciones. Lo que esta crisis pone de manifiesto es la necesidad de revisar lo que no se ha activado, desde la pre-emergencia hasta la post-emergencia, y qué aspectos cabría mejorar.

El Cecopi forma parte de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (Avsre), bajo la dirección del Centro de Coordinación de Emergencias (CCE). Este organismo tiene rango de sección dentro de la subdirección general de Emergencias de la Avsre. ¿De verdad creen que haga falta crear más entidades y protocolos sin marearnos?

¿La activación de bomberos, policía, servicios de salud y complementarios se activaron desde el Cecopi como marca la normativa? ¿Activó la pre-emergencia trasladando los avisos de la Aemet, que venían del día anterior en alerta naranja y elevado a roja desde el 29 a las 07:31h, y los desbordamientos de los que empezó a avisar la CHJ desde las 11.50h? ¿Trasladó estos avisos en tiempo real a través de un sistema de mensajería interna y así mismo consejos de autoprotección a los ayuntamientos como marca la normativa?

A tenor de las informaciones que van saliendo, podemos ya asegurar que el Cecopi no estaba funcionando ni tan operativo ni tan integrado. Y que carecía de medios suficientes, por lo que habrá que determinar si esto guarda relación con recortes presupuestarios y de personal cuya formación fuera incluso insuficiente. Que no emitiera actas ni hubiera grabado la reunión crucial del día 29 de octubre es una grave anomalía, impropia de un centro de operaciones, donde todo tiene que quedar registrado. ¿Tenía cámaras situadas en zonas previamente clasificadas como críticas de la Comunitat Valenciana, que pudieran visualizarse desde pantallas gigantes? ¿Trabajaba con mapas el personal de sala, tenían sala de operaciones?. ¿Disponía de drones con visor nocturno?, ¿se emplearon en la fatídica noche? ¿Cuántos se emplearon en los días posteriores para el rescate y valoración de daños?, y ¿en toda la zona afectada? ¿Disponía de varios sistemas de comunicaciones «internos» grupales, automáticos, donde en tiempo real todos sus integrantes recibieran la información, incluidos los municipios afectados? ¿Tenían sistemas alternativos para cuando fallen las comunicaciones, como teléfonos satelitales o/y Bgan? Hemos sabido que los alcaldes recibieron información solo desde uno de los integrantes del Cecopi, y no del mismo Cecopi, casi como un favor. Si yo misma como una ciudadana más estaba siguiendo los avisos de la Aemet y CHJ en tiempo real a través de las RRSS, el Cecopi estaba obligado a manejarlo antes de forma interna con sus fuentes primarias. ¿Siguieron el Cecopi y el CCE la cadena de mando?.

Tanto su regulación como la Circular de Prevención de Inundaciones 2014 de la Generalitat, le confieren la monitorización con los municipios, la activación de los protocolos en contacto con la Aemet y «permanente comunicación con la CHJ», así como que el CCE transmita la activación de emergencias a los municipios. Siendo que el gabinete de información Avsre difunde los avisos oficiales, estaríamos ante una cadena de incumplimientos. Los protocolos existentes quizás solo necesiten especificar las etapas, desde la pre-emergencia hasta la post-emergencia, detallando quién hace qué y cómo, sancionando su incumplimiento, incluido el registro de todas las actuaciones. Y obligar a lanzar alertas masivas, de forma automática, es decir, sin tener que jerarquizarlas esperando a que llegue el president, cuando se superen determinados niveles de caudal, y lo mismo para incendios, vientos fuertes (tendremos cada vez más tornados), nevadas, olas de calor, riesgos sísmicos, químicos, etc. Junto con campañas de educación a la población. No se entienda la alerta como una sola cosa, el mensajito al móvil, que cabría no obstante perfeccionar acompañándolo de instrucciones simples para la población como: evitar cauces y barrancos, suspensión de movimientos, refugiarse en zonas de altura, etc. La directiva de la UE obligaba a asumir el sistema de alertas antes de junio de 2022, que además del ES-Alert, que ya presentó la Consellera de entonces, incluye mensajes televisados y por radio (los que interrumpen la programación son muy efectivos en España), altavoces exteriores, sirenas, pantallas y vallas publicitarias.

Hemos tenido buenos ejemplos antes, como los de la dana 2019, y las anticipaciones de la Universitat de València, Elche y Bombers DipCas, entre otros, del día anterior a la catástrofe. Otros buenos ejemplos de gestión pre-emergencia la suspensión de clases y aprobación del teletrabajo en cinco comarcas de Tarragona, y que el mismo alcalde de dicha ciudad además de decretar el teletrabajo, suspendió las obras, cerró mercados y centros deportivos, y puso a la guardia urbana en vigilancia de cauces y ríos, además de limitar el estacionamiento en zonas susceptibles de ser afectadas. En Málaga desalojaron 3000 personas de la ribera del río Guadalhorce, y se suspendieron las clases en dicha provincia más en cuatro poblaciones de Granada. Debieran rescatarse unas declaraciones del Jefe de Bomberos de Valencia, que no recuerdo si fueron el 29 o el 30, en que respondiendo a preguntas de periodistas dijo que no se inmovilizo a la población porque no se quería paralizar la actividad económica. Quizás ahí esté una de las claves que nos indique el grado de conciencia con que se gestionó la fatídica dana, para aprender que el confinamiento climático, muy asumido en Centroeuropa, salva vidas y sale mucho menos costoso que paralizar la actividad económica, aun con el teletrabajo, un solo día.

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