Opinión
Después de la dana. Vivir sin coche privado en l’Horta Sud
Por mal camino iremos después del desastre de la dana si cada familia y persona afectada que ha perdido el coche, solo piensa en adquirir otro, creyendo a pies juntillas que ello nos llevará a la normalidad. No se puede estar más equivocado. La nueva normalidad no podrá, o no debería ser ya nunca la que conocíamos, por lo que respecta a la movilidad en coche privado. Me explicaré.
El parque automovilístico, en general, es actualmente desmesurado y en parte innecesario. En algunos municipios el número de vehículos a motor censados (motos, camiones, furgonetas, tractores, autobuses, coches…), es casi igual al número de personas que habitan los pueblos.
Para que todos estos vehículos puedan circular y estacionarse, tenemos hipotecadas (secuestradas, diría yo) con su presencia y circulación calles y plazas en cada pueblo, por lo que, más que calles y plazas, parecen aparcamientos y carreteras urbanas.
Por no hablar del territorio comarcal cubierto por carreteras, autovías y autopistas que ocupan espacios de valiosísima huerta productiva y crean barreras en caso de riadas.
Para colmo, esta movilidad masiva en vehículo a motor privado, es una de las responsables del cambio climático. Hemos sido testigos de su contribución a la devastación de la dana: personas que murieron intentando salvar sus vehículos; éstos arrastrados con gran virulencia por el fango y el agua...
Pero hay más; este inmenso parque automovilístico no sólo ocupa espacio en las calles y plazas; también se aparca en subterráneos que han sido una trampa mortal para algunas personas, y un problema de salud pública por la dificultad de limpiar los centenares de aparcamientos subterráneos repletos de coches. Subterráneos que se han convertido en un infierno de lodos y fangos contaminantes, y que son casi impracticables.
Dicho esto, en la comarca de l’Horta Sud afectada por la dana, mucha gente podría prescindir de tener de nuevo un coche en propiedad. Soy consciente que con mi experiencia de más de 40 años moviéndome en bici y transporte público, si yo fuera una de las personas a las que la dana le ha dejado inservible el coche, no me sería difícil no volver a comprarlo.
Más difícil tiene tomar esa decisión la ciudadanía que nunca ha hecho servir los transportes públicos o utilizado una bici. Así que, dejando de lado a las personas que necesitan el vehículo para su actividad profesional, la ciudadanía bien podría vivir en los pueblos de l’Horta Sud sin coche privado. ¿Que cómo y por qué?
Con la red de carriles bici actual (piénsese lo útil que ha sido la pasarela ciclo peatonal entre Valencia y la Torre) y los que se puedan implementar en el futuro más inmediato, desplazarse al trabajo o a cualquier lugar de la comarca en bici es sencillo y rápido. Y más aún, actualmente, con una bici eléctrica.
A este respecto, las asociaciones Soterranya, Alcàsser 16 i Agro andan estos días post dana regalando bicis a los afectados. ¡Un éxito! Una de las personas a las que le han entregado una bici les dijo que le hacía más ilusión recibir esta bici que los tres coches que tenía, ya que necesita la bici como no podía imaginar. La movilidad con la bici se puede combinar con el transporte público, tanto en metro como en bus y trenes de cercanías.
El coche privado puede sustituirse por el uso de vehículos compartidos. Ya existen cooperativas de vehículos, en las que se pueden usar por horas o por días.
Otra opción si se prescinde del coche privado y es necesario moverse fuera de la comarca, o por el resto del país, es alquilar un vehículo. Así de fácil.
Con los transportes públicos (muy mejorables), gratuitos y con la posibilidad de la movilidad en bici, tener en propiedad un coche privado no es necesario para mucha gente. A las personas que cada día colapsan la Pista de Silla y la V30 en horas punta, les sorprendería saber la gran cantidad de gente que ya no utiliza el coche para ir a sus lugares de trabajo.
Comprendo que sea un paso muy complicado dejar de tener de nuevo el coche particular aparcado a la puerta de casa o en el garaje. Pero a la vista de lo ocurrido con la dana, habría que pensar antes de reponerlo si realmente es necesario. Si no es absolutamente imprescindible, no se debería de comprar.
Se harían un favor a ellos mismos y, de paso, al planeta que todos habitamos. Volver a la normalidad, sí; la de los niños en la escuela, los centros sanitarios en funcionamiento, las calles limpias, los comercios abiertos, el transporte público en marcha y mejorado… Pero ¿es necesario volver a ver las calles llenas de coches aparcados los 365 días del año, a la espera de la próxima dana? Piénsenlo antes de comprar de nuevo un coche. Suerte.
- Manu se despide en Pasapalabra: 'Quiero agradecer al programa...
- Obligada a posponer su concurso en Pasapalabra al quedarse embarazada
- Primeras palabras de Manuel Díaz 'el Cordobés' sobre su separación de Virginia Troconis
- Revelación sorpresa de Rosa en Pasapalabra: 'Feliz con lo que venga
- El bonobús sube en València tras decaer las ayudas al transporte del Gobierno
- Una vecina en Picanya: 'Encontré a mi abuelo muerto por TikTok, a mí nadie me llamó
- La sobrepoblación de jabalíes va en aumento y cada vez somos menos los cazadores
- Un millón de jubilados valencianos se quedarían sin su aumento de pensión