Opinión | Ágora

Doce novelas para entender España

Tal vez con mucha más amenidad y brillantez, las novelas recrean nuestro pasado.

Dice el escritor nicaragüense Sergio Ramírez que historia y literatura son hermanas siamesas. No le falta razón porque la buena ficción novelada sirve, como pocos instrumentos, para explicar una época, para comprender a personajes que habitaron en otros tiempos, para reconstruir el pasado con vistas a entender el presente.

Tal vez con mucha más amenidad y brillantez que los con frecuencia aburridos y académicos libros de historia, repletos de citas y notas, las novelas recrean nuestro pasado. Con ese objetivo el historiador Jordi Canal acaba de publicar Contar España.

‘Una historia contemporánea en doce novelas’(Ladera Norte), un ensayo que refleja con lucidez la España de los últimos dos siglos a través de relatos que van desde ‘Los episodios nacionales’ (Benito Pérez Galdós) y ‘Los pazos de Ulloa’ (Emilia Pardo Bazán) hasta Crematorio (Rafael Chirbes) y ‘Patria’ (Fernando Aramburu) pasando por ‘Aurora roja’ (Pío Baroja), ‘Campo abierto’ (Max Aub) o ‘Anatomía de un instante’ (Javier Cercas).

Precisamente este último título, que narra la irrupción de los golpistas en el Congreso el 23 de febrero de 1981, puede ejemplificar aquello que se ha venido en llamar autoficción novelada, esa simbiosis de historia y literatura.

Así pues queda demostrado que, del mismo modo que una biografía notable se convierte en un inmejorable hilo conductor de una época, una buena novela plasma con fidelidad el carácter y el espíritu de toda una época. ¿O acaso cabe alguna duda de que fue Pérez Galdós quien mejor retrató la sociedad española del siglo XIX en sus antológicos ‘Episodios nacionales’?

Los capítulos del libro de Jordi Canal están estructurados a partir de una semblanza biográfica de los autores, de una descripción del contexto y de un análisis explicativo de las doce novelas de tal manera que este ensayo resulta muy atractivo para todos los aficionados tanto a la literatura como a la historia. Profesor y escritor, experto en un tema tan apasionante como el carlismo, Canal se sitúa entre los historiadores que apuestan por divulgar con rigor, pero también con una clara voluntad de llegar a un público amplio.

Enfrascados en sus torres de marfil de cátedras, congresos y revistas especializadas, muchos historiadores españoles han aprendido poco de sus colegas europeos que suelen intervenir mucho en la vida pública.

Aunque esa relación entre la historia y la sociedad ha crecido en los últimos tiempos, un abismo sigue abierto en perjuicio, sobre todo, de los lectores.

De hecho, no deja de ser una paradoja que hasta hace bien poco los mejores estudiosos de la España contemporánea hayan sido profesores extranjeros, en especial anglosajones.

Por todo ello, Canal concluye el prólogo de ‘Contar España’ con una recomendación muy oportuna. «Resulta evidente», escribe, «que la suma de redactar pensando sólo en los colegas y, además, hacerlo mal ha provocado que los historiadores, con alguna notable exclusión, se hayan quedado sin lectores.

Y evidentemente el hambre de historia de la sociedad ha pasado a ser saciado por otros colectivos, sobre todo por literatos y periodistas.

Leer novelas, muchas novelas, constituye en definitiva, un excelente consejo para los historiadores, los estudiantes y los apasionados de la historia».

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