Opinión | Reflexiones

La calle

La calle es el espacio público por excelencia. Son muchos los ejemplos de cómo movilizaciones sociales en las calles han permitido transformaciones importantes, incluso, cambios en el sistema político o de partidos como lo fue, por ejemplo, el movimiento 15M. Uno de los aspectos que ha caracterizado al año que acabamos de despedir es, precisamente, la cantidad de manifestaciones que se han sucedido; claro que, una cosa son las protestas organizadas por partidos políticos y otra muy distinta las movilizaciones sociales. Las primeras fueron las convocadas por los partidos de derechas contra la ley de amnistía e iniciadas a finales del 2023. España que iba camino de romperse, decían, ni se rompió ni hoy son tan malos los de Junts a quienes desde el PP de Feijóo intentan aproximarse sin disimulo. Todo cambia demasiado rápido.

En paralelo, las concentraciones con olor a rancio de la extrema derecha en las puertas de las sedes socialistas siendo la más agresiva de todas, la deleznable performance en Ferraz de apaleamiento a un muñeco que simulaba ser el presidente del Gobierno. O las protestas agrícolas con las que también la extrema derecha intentó canalizar su discurso contra las políticas de la Unión Europea. Todas ellas, organizadas e instrumentalizadas por el PP o Vox –según qué casos- como forma de oposición al gobierno. Vamos, la política partidista saliendo a la calle revestida de falsa movilización social.

Otra cosa han sido las últimas del año: las que clamaban contra los desorbitados precios del alquiler y la falta de viviendas, y las que exigían respuestas y responsabilidades políticas, con las calles cubiertas de barro, por la riada. Y, aun tratándose de cuestiones muy distintas, ambas tienen algo en común: movilizaciones sociales no convocadas por partidos políticos. La vivienda va camino de ser el gran problema político y social de los próximos años, un drama; mientras, la gestión de la riada el gran fracaso de la política, otro drama. Si algún partido intenta instrumentalizar cualquiera de estas dos protestas, cometerá un tremendo error. La calle, espacio público por excelencia, solo responderá como elemento de transformación social y política si lo hace desde la movilización social.

Tracking Pixel Contents