Opinión | ágora

Gracias, palabra mágica

Gracias es una palabra mágica. Decirla puede cambiarte la vida. Agradecimiento viene de gracia: disposición a hacer el bien

El acto de agradecer puede tener un impacto físico en nosotros: la gratitud promueve emociones positivas, lo que reduce los niveles de estrés y, en consecuencia, limita la producción constante de cortisol, beneficiando a nuestra salud cardiovascular y a nuestro sistema inmunológico. Asimismo, la gratitud genera la emisión de endorfinas, que actúan como analgésico incluso frente al dolor físico.

Pero el agradecimiento también es una herramienta poderosa para fortalecer la salud mental: ayuda a mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y la depresión, reforzar las relaciones interpersonales, aumentar la autoestima y, en definitiva, a promover una visión más positiva y equilibrada de la vida.

Y, por supuesto, supone beneficios a nivel emocional: estimula la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que nos hacen sentir placer, estabilidad interior y felicidad.

A lo largo de la historia, diferentes culturas han reservado un espacio al agradecimiento. La gratitud es un elemento central en la tradición cristiana. Su acto principal, la eucaristía, significa textualmente acción de gracias. En el hinduismo, la puja es un acto de devoción y agradecimiento a sus deidades. En el islam, salah es el ritual de oración que los musulmanes realizan cinco veces al día y una forma directa de reconocimiento a Alá. En el budismo, las ofrendas son la forma que tienen los fieles de mostrar su gratitud. La celebración del día de acción de gracias tiene gran arraigo en el norte de América.

Agradecimiento viene de gracia, que significa favor o benevolencia, que es la disposición a hacer el bien. Significa reconocer un beneficio recibido, una conciencia de sentirnos bendecidos. Pero, en realidad, el agradecimiento es más que un sentimiento, es una decisión, una forma de vida. Y como tal podemos cultivarlo día a día. Y el 11 de enero, día del agradecimiento, es un buen día para empezar.

Hay una conexión con la solidaridad: en un mundo tan desigual, la gratitud nos impulsa a ponernos al servicio de los demás, a retornar lo que hemos recibido. Altruismo y agradecimiento se retroalimentan.

Algunos de los objetivos fundamentales de Fundación por la Justicia son la sensibilización y la acción social, como el trabajo que se lleva a cabo en la Escoleta Matinal de Nazaret, donde desde hace más de diez años se brinda apoyo a la infancia del barrio para evitar la exclusión. Es una manera de practicar el agradecimiento, acompañando proyectos como una vía de devolver lo recibido, lo regalado.

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