Opinión
Marc Cabanilles y Pedro Domínguez
Jabalies, ¿control o caza?
En el Estado Español, históricamente (Inquisición, monarquías absolutistas, analfabetismo, religiosidad, …) siempre se ha perseguido la introducción de nuevas ideas, siendo reacios a aceptar los cambios que provenían más allá de las fronteras. Algo parecido pasa respecto al control de especies que se está llevando a cabo en varios países europeos, concretamente del jabalí.
Durante los últimos años, la presencia del jabalí en las zonas rurales y urbanas ha originado una polémica sobre la “superpoblación” de esta especie, considerando que la caza es la solución. Pero es más que dudoso y no estaría demás saber qué se hace en otras ciudades o cómo legislan otros gobiernos para disminuir la población de jabalíes. Nos encontraríamos con la sorpresa que el método consiste en prohibir la caza descontrolada, o al menos la caza de determinados ejemplares de los grupos familiares.
¿Por qué?
Para saberlo basta con estudiar la férrea estructura social que biológicamente ordena el modo de vida de los jabalíes en la naturaleza. Los jabalíes forman grupos familiares estables, con áreas de refugio y búsqueda de alimento. Lejos de lo que se piensa, si hay alimento, estos grupos de jabalíes poseen territorios pequeños de los que apenas se mueven. Son las batidas de caza quienes los fuerzan a moverse a grandes distancias, cruzando carreteras, o forzándolos a instalarse en nuevos terrenos.
Poseen una reproducción muy limitada, evitando un incremento de ejemplares que los desequilibre. Esos grupos familiares, dependen de la hembra matriarca, que es la jefa del grupo, ella es quien manda, ordena y controla el proceso de reproducción dentro del grupo. Con ella viva, todo está en orden. Muerta la matriarca, el resto de hembras reproductoras del grupo entra en celo como un mecanismo de supervivencia y por tanto el nacimiento de jabalíes se incrementa exponencialmente. O dicho de manera más sencilla, cuantos más jabalíes se matan, más matriarcas morirán, y por tanto, más jabalíes tendremos.
Así pues, es fácil llegar a la conclusión que hacer batidas indiscriminadas, sin saber ni importar qué individuo de la manada se está matando, es el peor método para disminuir su número, como llevan tiempo demostrando los planteamientos científicos para gestionar esta especie, entre otras cuestiones, porque el cazador lógicamente desea cobrar la pieza más grande y esa pieza más grande, muchas veces, es la hembra matriarca. Por tanto, este método, tan ampliamente usado, se ha demostrado ineficaz para controlar la población de jabalíes, como muy bien saben quiénes llevan tiempo practicándolo, y esa insistencia en su uso, al final, es una de las causas de la “superpoblación”.
A alguien no le agradará esto, pero por suerte, en algunos países de Europa, entre ellos Alemania, basados en estudios científicos, gestionan las poblaciones de jabalíes teniendo en cuenta la compleja estructura social de sus grupos, prohibiendo por Ley Federal, matar a las hembras madres, las matriarcas, so pena de multa.
Y más de uno pensará que se han vuelto locos los científicos y biólogos alemanes, pero no es así, lo que hacen es aplicar normas racionales basadas en una gestión técnica y científica, un modelo que aquí ni imaginamos, ni interesa aplicar en beneficio de un método de control, la caza indiscriminada, que ha demostrado su ineficacia en la gestión de la fauna pero que sirve de excusa para mantener el gran negocio de la caza.
Además, hay otros métodos incluso mejores que la caza selectiva, por ejemplo la esterilización con vacunas, que está aplicándose ya en Cataluña. Y tendríamos que plantearnos la reintroducción de ciertos depredadores autóctonos como águilas, halcones y otras rapaces, porque la causa principal de la “superpoblación” es la extinción de dichos depredadores que hemos provocado los humanos; y esto ayudaría también a controlar la proliferación de palomas, cotorras, ratas, conejos, etc., equilibrando de forma mucho más natural nuestro ecosistema.
¿Cuándo llegarán aquí esos métodos europeos? Con unas administraciones inoperativas en este asunto y un negocio como la caza, intocable hoy en día, mucho nos tememos que tardarán bastante, pues con el “método español”, las administraciones no se gastan ni un euro, y los cazadores tienen carta blanca para dar rienda suelta a su afición montando batidas continuas, con lo cual, todos contentos, pero la población de jabalíes, en aumento.
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