Opinión

Idiotización ultra en el siglo XXI

Magnates tecnológicos y “sillones”, tanto foráneos como domésticos, en el siglo veintiuno, plagian a Goebbels, criminal ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, artífice de la divulgación nazi resucitando su método de idiotizar que consiste en cinco puntos. 1º: Simplificación del mensaje o del enemigo único. 2º: Desfiguración de las noticias. 3º: Orquestación y repetición del mensaje (como decía el susodicho fanático de la “guerra total” –modelo imitado por Trump-: “La Iglesia Católica se mantiene porque repite la misma cosa desde hace dos mil años”). 4º: Potenciar la emotividad del mensaje, y en 5º lugar: Unanimidad y contagio del mensaje. Cinco apartados de estricto cumplimiento en sectas, camarillas, mafias, negocios fraudulentos y fundamentos extremistas.

En el brote de egocracias acaudaladas la población es idiotizada por estrellas del dinero que hábilmente disfrazadas mesiánicamente han patologizado a las sociedades exacerbando en ellas el desapego, la baja conciencia, impulsividad, agresividad y el deseo de dominación siendo pieza clave para ello el cibermarketing más aniquilador. Actualmente “señoros” de Silicon Valley, junto a otro feudalista instalado en Texas, se conjuran para materializar el tecnototalitarismo multimillonario haciéndole la ola a otro “señoro” metido a político, con retoques estéticos, convicto de treinta y cuatro delitos en el “caso Stormy Daniels”, que ha sido proclamado ganador de las últimas elecciones idiotizadas estadounidenses. ¿Cibertecnología y cirugía plástica en puestos del poder global y local? ¿Cuántos profesionales de la cirugía plástica como el doctor Charles S. Lee -“estándar de oro”- podrían esclarecer apaños que venden liderazgo. Bótox, láser, radiofrecuencia, pómulos, colágeno, ácido hialurónico, injertos capilares, implantes dentales.

Ciertos líderes han puesto de moda psicologizar a las masas -con ostensible éxito cabe reseñar- utilizando resortes discursivos chocarreros, oratorias propias de la fase fetal del intelecto que instigan los instintos más jurásicos. Y mientras, el pueblo, disciplinándose en la ¿paleonto-economía-supervivencialista para soportar los envites de planes “Zardoz”? (distopía cinematográfica datada en el siglo veintitrés). Como diría la investigadora en los Museos Nacionales de Escocia Elsa Panciroli sobre los mamíferos que compartieron planeta con dinosaurios: “Esto es la punta del iceberg”. Para ganar elecciones el poder fáctico es el concubinato con las nuevas redes de arrastre cogniscente instrumento perfecto para la idiotización consentida.

“¡Que os jodan!” exclamó Elon Musk, en Estados Unidos, con sus cincuenta y seis millones de dólares de sueldo auto asignado, al comprobar que firmas anunciantes abandonaban la plataforma X dada su toxicidad. “¡Que se jodan!” espetó una diputada PePeista en España, hija de cierto elemento del Partido Popular “condenado por fraude”, refiriéndose a los recortes en ayudas a personas desempleadas. A la vista está que para el totalitarismo idiotizante no existen distancias. En mil novecientos setenta y uno el periodista Alvin Toffler aventuraba la colisión con el futuro del siglo veintiuno de millones de personas mientras que los economistas, “criaturas peculiarmente conservadoras”, persistirán en la imagen colectiva “muy parecida a la de 1970”. Vale la pena tener presente que por la economía se pudre el tuétano de toda administración y poder por lo que ante la idiotización colectiva, ¡aún nos queda el fisco! ese que hizo caer al gánster Al Capone. ¿Será efectivo ante magistraturas a medida?

¿La psique de un todopoderoso como arma secreta para el siglo veintiuno? John Updike, premio Pulitzer de Ficción, en Las brujas de Eastwick zanjaría: “El grandote era un montón de necesidades”. A veces es determinante analizar el largo de las corbatas de ciertos “señoros” que señalan con ella la entrepierna para aclarar dictámenes. ¿Por qué será?

Personalidades afectadas trufan la historia de la humanidad y al igual que en la antigua Roma se ciñen coronas de laurel ocultando carencias, no solo capilares. ¿Triunvirato chulesco en la Casa Blanca (Musk, Trump, Bezos)? ¿El mundo en plena era de multimillonarios “señoros” de comprometido diagnóstico y paranoias netamente “tiktokianas”? Zuckemberg capo de Meta, para no perder bola en este contubernio norteamericano se ha unido al carro del absolutismo mientras que las firmas comerciales le han dicho bye bye a su imperio, y ya se sabe que si tu producto no se vende, no tiene valor.

Gestos burlones, miradas desafiantes, agravios protocolarios, manotazos furtivos a líderes -denominados “intocables”- muestran algunas de las trazas intestinas del nuevo líder de una de las potencias mundiales que, al igual que el poeta del romanticismo británico Lord Byron, cuando se mire al espejo, ¿concluirá indefectiblemente, a pesar de su riqueza y poder: “¡No tengo un solo amigo en el mundo!”?

El cuarenta y siete presidente de los Estados Unidos ha retomado la psicosis de Truman por zamparse Groenlandia -donde ya existe una base nuclear estadounidense y varias científicas- lanzándose en picado y en paralelo a convulsionar todo a su alrededor. ¿Parafernalia claramente dictatorial? Hace más de medio siglo el expresidente Harry S. Truman, mandatario que ordenó arrojar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, se empecinó en quedarse con la isla más grande del mundo, sita en el Ártico, por cien millones de dólares en oro y no lo consiguió. ¿Agua, petróleo, gas, tierras raras, y ampliaciones fronterizas subyacen en este movimiento? ¿Qué hay del juego de objetivos incógnita? ¿Estirar como un chicle la megalomanía invasora? En el paquete de la hidra política recién alumbrada también incluye, ¿cómo no? la estratégica y colosal fuente de ingresos que es el Canal de Panamá y de refilón escupe su aliento venenoso sobre México, claro está sin olvidar Canadá y añade a ¿la Unión Europea a la que se quiere trocear como pizza al taglio? Para ello, ahí está, el señor de los cohetes espaciales que no deja de blandir su cimitarra tecnoidiotizante.

¿Cuánto tiempo ha de pasar para que la ciencia no sea utilizada como esperpento radicalizador vendido a gobiernos fascistas? Michel de Nôtre-Dame (Nostradamus), médico francés del siglo dieciséis, entre sus presagios incluía la X (señal movile-cruz gamada). La X también representa un género no binario, lo “incorrecto”, una incógnita matemática, el secretismo identitario, la negación, la colaboración y aprobación, epistolarmente significa un beso, y en audiovisuales cataloga las temáticas para adultos, así mismo simboliza la transmigración (pasar a otro cuerpo tras la muerte). El gestor de la red X, plataforma de clara idiotización tóxica, patrono a su vez de SpaceX, parece tener una fanática devoción para con dicha consonante. ¿Por qué será? Un “señoro” que da por muerta a su hija trans, ¿qué bonhomías pueden realizar? “Mi hijo Xavier está muerto….me engañaron”, ¿engañar al listísimo hombre más rico del planeta? ¡Viaje a Marte ya!

El psicoanalista Otto F. Kernberg afirmó que “la persona narcisista aprende por experiencia que lo nuevo y excitante (Musk) es una edición más de lo viejo y decepcionante (Trump)”. ¿El planeta condenado a participar en una justa por el poder entre multimillonarios edípicos? Hitler criminal genocida nazi mantenía que “toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel intelectual a la capacidad respectiva del menos inteligente de los individuos a quienes desee vaya dirigida”. La idiotización está servida.    

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