Opinión | Tribuna

El melanoma maligno: de enfermedad mortal a esperanza de vida

El melanoma maligno es el tumor de piel con peor pronóstico. Cada años se diagnostican en España casi 8.000 nuevos casos y su incidencia continúa aumentando en los últimos años, sobre todo por la sobreexposición al sol y a los rayos ultravioletas.

El melanoma avanzado o metastásico, es conocido por su alta agresividad y su pronóstico sombrío y durante mucho tiempo ha sido uno de los mayores desafíos de la oncología. Sin embargo, el desarrollo de la inmunoterapia, un tratamiento que estimula el sistema inmunológico del paciente para combatir el cáncer, está cambiando radicalmente el panorama.

Los últimos 20 años han sido testigos de una verdadera revolución en el tratamiento del melanoma, transformando una enfermedad que hasta hace poco tenía un pronóstico sombrío en un ejemplo de éxito en la oncología moderna.

Algunos de los hitos más destacados que han marcado este avance son:

1. Introducción de la Inmunoterapia (Checkpoint Inhibitors)

• Entre 2001-2010, se identificaron las proteínas CTLA-4 y PD-1 como puntos clave en la regulación del sistema inmunológico (actúan como frenos inmunitarios), lo que abrió la puerta a nuevas estrategias terapéuticas.

• En 2011 se aprobó el primer fármaco que inhibía el CTLA-4, y por primera vez mostraba una mejora en la supervivencia global de los pacientes con Melanoma metastásico.

• En 2014 se aprobaron 2 nuevos fármacos antiPD-1: Nivolumab y Pembrolizumab, que demostraron resultados aún mejores que los inhibidores de CTLA-4, con mayor eficacia y menores efectos secundarios

• Entre 2014 y 2020 se desarrollaron tratamientos combinados de fármacos inmunoterápicos (Nivolumab más Ipilimumab) que han mostrado tasas de supervivencia impresionantes, con un porcentaje significativo de pacientes vivos a 5 y 10 años.

2. Identificación mutaciones en estos tumores que han permitido el desarrollo de fármacos dirigidos contra esas dianas

• En 2011 se identificaron mutaciones en el gen BRAF (V600E) (presente en aproximadamente el 50% de los melanomas metastásicos) y del gen MEK, lo que llevo al desarrollo y aprobación de fármacos que ofrecían respuestas rápidas y mejoría en la calidad de vida.

• Entre 2013 y 2015 se desarrollaron combinaciones de inhibidores de BRAF (Dabrafenib, Vemurafenib) con inhibidores de MEK (Trametinib, Cobimetinib) que mostraban una mejora significativa en la duración de las respuestas y en la supervivencia global, al retrasar el desarrollo de resistencias.

• Entre 2017 y 2020) se desarrollaron ensayos clínicos con inmunoterapia adyuvante, que han demostrado que el uso de Nivolumab o Pembrolizumab tras la cirugía de los melanomas localmente avanzados (sin metástasis) reducía de forma significativa el riesgo de recaída y aumentaba la supervivencia global.

Pero, aún queda mucho por hacer. No todos los pacientes responden de la misma manera a estos tratamientos, y seguimos buscando formas de mejorar su eficacia y reducir sus efectos secundarios. Pero lo que no cabe ninguna duda es que estamos en el camino correcto. Cada avance, por pequeño que parezca, suma en la lucha contra el cáncer. En este sentido, se vislumbra un futuro prometedor, donde la investigación no descansa y esta propiciando nuevas terapias innovadoras como:

• Terapias basadas en células T (TIL Therapy): La infusión de linfocitos infiltrantes de tumor (TIL) ha emergido como una opción para pacientes que no responden a otras terapias.

• Vacunas terapéuticas dirigidas a mutaciones específicas del tumor:

• Terapias basadas en ARN mensajero, similares a las usadas en vacunas contra la COVID-19

Estos avances han transformado radicalmente el pronóstico del melanoma metastásico y están abriendo la puerta a hacer posible lo que hasta hace apenas una década parecía un sueño inalcanzable: la curación de los pacientes.

Hace 20 años, la supervivencia media era de menos de un año; hoy, un porcentaje muy significativo de pacientes logra supervivencias prolongadas, y control de la enfermedad a largo plazo y abre una puerta al optimismo y la curación.

Hoy, más que nunca, podemos afirmar que el melanoma avanzado ya no es una sentencia inapelable. El melanoma metastásico ha pasado de ser una enfermedad casi incurable para convertirse en un ejemplo brillante de cómo la investigación, el trabajo multidisciplinar y la innovación pueden salvar vidas.

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