Opinión | tribuna

Alberto Peñín, Vicente M. Vidal y Santiago Varela (Arquitectos)

¿Qué es esto? A propósito del Nou Mestalla

Nuestra alarma nace del diseño de la futura zona comercial aneja al campo de fútbol, de su ignorancia hacia la arquitectura y la ciudad que del mismo se desprende

Figuración de las torres de la zona comercial de Nou Mestalla

Figuración de las torres de la zona comercial de Nou Mestalla / Levante-EMV

La semana pasada apareció en prensa una noticia y varias infografías sobre la futura zona comercial aneja al campo de fútbol del Valencia CF en la avenida de las Corts, como muestra del Estudio de Detalle (ED) presentado al ayuntamiento para definir su futuro. La figuración de la edificación contenida, tan simple como banal, nos ha dejado sorprendidos y perplejos. Se trata de la subparcela de la manzana que completa el campo de fútbol en la que es obligatorio el citado documento urbanístico.

¿Qué es esto? A propósito del Nou Mestalla

¿Qué es esto? A propósito del Nou Mestalla

Seguramente su intención no era más que asegurar una determinada edificabilidad y usos compatibles a la citada subparcela, pero nuestra alarma nace de su diseño, de su ignorancia hacia la arquitectura y la ciudad que del mismo se desprende. Y más cuando con esta Zona Comercial y sus espacios libres tenemos la opción de generar un poco de urbanidad, sosiego y vida social en la encrucijada de una nueva Valencia, hoy aún desangelada.

Es, como decimos una oportunidad de aportar calidad, calor y vida a los amplios espacios de la avenida de las Corts, ayuna de referentes y abonada a la recepción de iniciativas improvisadas y acumulativas, como han sido Nuevo Centro, el Palau de Congresos o la Dama Ibérica y a algún intento bienintencionado como el de las dos torres de su embocadura oeste. Ni la explanada delantera del campo de fútbol, ni, desde luego, el propio campo o el futuro polideportivo de Benicalap se han preocupado de ello, ensimismados en cubrir su propio programa, pero la ordenación que ahora se propone es más libre y permite, casi obligaría, a hacer ciudad. Sobre todo si pensamos en esa gran pieza a levantar con 41.388,83 m2 de construcción (equivalentes a unas 350 viviendas) de 20 y 16 plantas, sobre más de 5.500 m2 de suelo, con calles y plazas de uso diario a su alrededor y con el campo y la explanada adyacentes, que permiten dar contenido urbano a la enorme parcela deportiva inicial de 8,42 Has. La propuesta, lo resaltamos, apenas tiene otra relación con su entorno urbano que estudiar la separación, altura y cotas de los edificios, ni desde luego con su arquitectura, ni siquiera con el nuevo campo de fútbol (a excepción de sus niveles de evacuación), nunca entendido como parte de la ciudad. Ni mucho menos con el vecino barrio de Benicalap.

Que con la que está cayendo desde 2007 sobre el Valencia Club de Fútbol, sus sucesivos proyectos y desencuentros, esta sea la forma de mostrar a los valencianos el futuro de la zona vinculada al club, nos desconcierta -sorprendidos y perplejos- por la falta de atención en el ED al hecho, repetimos, de ‘hacer ciudad’, que es a la postre el contenido de mayor interés público de todo documento urbanístico que se precie. Ahora apreciamos una estrecha edificación en forma de tapia (casi de cortavientos) en el borde mismo de la parcela y de gran altura, 94 m., que por lo simple nos ha hecho preguntar, quizá ingenuamente, ¿no hay nada más?, buscando algún documento adicional desconocido que la complete y nos muestre algún tipo de calado proyectual.

Tanto el ayuntamiento como quienes, autorizados por convenio urbanístico, presentan esta iniciativa privada, creemos que deben estudiar su propuesta más y mejor. La avenida de las Corts forma parte del nuevo eje estructural de la ciudad, porque esta fue la razón por la que se modificó el Plan General de 1989 y, entre otras cosas, se le permitieron más edificabilidad y alturas; dejó de ser un ensanche más y la parcela en cuestión devino campo de fútbol, plaza y edificación, en estratégica, mientras cambiaba su calificación de zona deportiva pública a privada. Si la ciudad se forma a través de su arquitectura, creemos que lleva un camino equivocado.

La figuración mostrada no es una pieza urbana sino un diagrama de volúmenes de exclusivo interés inmobiliario. Un Estudio de Detalle, ED, instrumento urbanístico homologado, debiera contener la afectación a las condiciones de ordenación de los predios colindantes (art. 69 del Reglamento de Planeamiento); disponer de planos y análisis gráficos que «expresen las determinaciones, con referencias precisas a la nueva ordenación» (art. 70) incluyendo su imagen; aportar «la documentación informativa y normativa que incluya un análisis de su integración en el paisaje urbano» (Lotup 2020); y hacer que sus espacios públicos «no puedan conformarse como mero resultado residual e inconexo de las implantaciones privadas». Extremos que solo vemos reflejados en cuanto obligan las normativas. No hemos encontrado documentación complementaria que los resuelva ni en la web municipal ni en los medios de comunicación que se han hecho eco del asunto.

En consecuencia, el Estudio de Detalle que comentamos, debiera, a nuestro entender, complementarse en este trámite municipal, ahora en evaluación ambiental y estratégica. Mostrarnos la «promesa arquitectónica» o «proyecto urbano» suficiente para conocer lo que se pretende en esta parcela superando parámetros evidentes -edificabilidades y retiros-, y no correr el riesgo de provocar el tropiezo en otra piedra en el camino, tortuoso y espasmódico que ha tomado la trayectoria reciente de un club de fútbol como el Valencia CF.

AIC EQUIP que firma técnicamente la propuesta y a quien se ha encargado del Proyecto de Ejecución, son un grupo de profesionales valencianos solvente y que debe saber perfectamente las limitaciones del trabajo hecho hasta ahora. Les sugerimos que aborden esta carencia cuanto antes y que completen a tiempo el anodino documento entregado y su vacío proyectual; y como diría con socarronería un conocido arquitecto, asuman el nuevo papel profesional -del técnico, arquitecto o ingeniero- en el que, en vez de abanderar la novedad y la innovación, como ocurría anteriormente, pasen como expertos a poner orden en el desaguisado urbano del neoliberalismo, hecho a base de parches.

Queremos reclamar, en resumen, que este «proyecto urbano» aterrice cuanto antes y se reforme con un mínimo de intencionalidad urbanística. Los enormes problemas de accesibilidad que ya tiene una arteria diariamente colapsada como las Corts, van a verse incrementados exponencialmente con la importante zona comercial y de oficinas proyectada, que se suma al tráfico que generará periódicamente el coliseo de 70.000 espectadores; pero es que, además, hay que abordar allí el transporte público, los aparcamientos, sus servicios, espacios libres, arbolado y jardinería exigibles y que no vemos.

No queremos complicar este tema con el debate sobre el viejo y nuevo estadio o sobre su capacidad: ya es suficiente con lo dicho. No perdemos la esperanza. Y eso que sabemos que estamos en una ciudad penelopiana que hace y deshace, propone y cambia de pareceres constantemente, en la que nunca hay nada definitivo, lo provisional dura lo que haga falta (Estación Joaquín Sorolla, Nueva Estación Central, plaza del Ayuntamiento, Cabanyal, Copa del América; metro y túnel ferroviario pasante) y algunas actuaciones finalmente realizadas tras más de 60 años, (Plaza de la Reina, Avda. Oeste), han sufrido muchos cambios y no siempre pacíficos.

La noticia, en fin, no debería ser solo que se reanudan las obras y que la venta del terciario va adelante, sino qué se va a hacer. No nos den estas infografías apresuradas como milongas sin contenido urbano ni imagen. Incorporen la propuesta al campo de la cultura, donde se sitúan el urbanismo y la arquitectura. Dígannos que quieren hacer allí,... si ya lo saben.

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