Opinión | Ágora

Vosotros no sois los medios

La pretensión de Musk de que las redes sociales asuman la función social de la prensa tradicional no es propia de una sociedad democrática

«Vosotros sois los medios», dice orgulloso Elon Musk en muchos de sus tuits, esos que se distribuyen en el timeline de todos los usuarios de X, porque, al fin y al cabo, la red social es suya. Lo ha escrito, por ejemplo, a propósito de la polémica en torno a su peculiar saludo -que muchos consideran nazi- durante la toma de posesión de Donald Trump. «Los medios tradicionales son pura propaganda», añade Musk, una acusación recurrente desde que compró Twitter y, sobre todo, desde que lo puso primero al servicio de sus intereses empresariales y personales, y después, de los de Trump y de los movimientos de derecha autoritarios de medio mundo.

Es falso lo que dice Musk. Vosotros, los internautas, los tuiteros, los ciudadanos que estáis (que estamos) en las redes sociales, no sois los medios, no componéis un sistema de información en una sociedad moderna. Llamemos como llamemos lo que Musk dice que hacéis en redes, no es periodismo ni representa el modelo de prensa libre que necesita una sociedad democrática para informarse, formarse y participar de forma responsable en los debates sociales.

· Porque, si hablamos estrictamente de periodismo, lo que se hace en redes como X es comunicar (que no es lo mismo que informar), compartir informaciones ajenas (normalmente de medios tradicionales), expresar opiniones y, en algunos casos -cada vez menos-, ofrecer puntos de vista de expertos. En términos periodísticos, las redes solo superan a los medios en testimonios directos de acontecimientos, por el obvio motivo de que hoy en cada móvil cabe una redacción.

· Porque la mayoría de los usuarios de las redes no tienen acceso a las fuentes de información ni capacidad para tratarlas y analizarlas. Quienes informan en redes suelen ser medios y periodistas.

· Porque ese «vosotros» de Musk no tiene responsabilidad editorial sobre lo que publica. Tampoco la tienen Musk o Mark Zuckerberg, propietarios de las plataformas, cuyo modelo de negocio se basa en la economía de la atención. Es decir, que miremos la pantalla del móvil el mayor tiempo posible, sin importar por qué.

· Porque en las redes «vosotros» estáis rodeados de bots que os hacen creer que son personas, pero que en realidad son armas de manipulación masiva programadas para practicar uno de los hechizos más viejos del mundo: decirle a cada persona lo que quiere oír. Este hechizo se llama «burbuja de filtros», y los aprendices de brujo lo construyen con algoritmos.

· Porque muchos de «vosotros» participáis en la conversación desde el anonimato, y un libelo anónimo nunca fue ni será información.

· Porque una opinión no es una línea editorial. La línea editorial de un medio es el conjunto de principios, valores, criterios y posturas ideológicas o políticas que orientan el periodismo. Es, por tanto, una mirada a la realidad. El derecho a la opinión en redes se ha convertido en el derecho a los propios hechos.

· Porque la mayoría ha demostrado, a base de clics, que en redes se prefiere el ‘hate’, los zascas, los gatitos y los memes a la aburrida información.

· Porque «vosotros» no sois libres en un entorno dominado por algoritmos que sesgan lo que leéis (entre otras cosas, todos los tuits de Musk).

· Porque, si de verdad quisierais ser los medios, no querríais cumplir esta función en un entorno regido por las reglas creadas por una sola persona.

Al modelo de medios tradicionales seguramente le sucede lo que, según se dice, afirmó Winston Churchill, ese gran creador de citas, sobre el sistema democrático: «La democracia es el peor sistema de gobierno, excepto por todos los demás que se han intentado». La mezcla de medios públicos y privados, los intereses cruzados, las dispares líneas editoriales y las prácticas profesionales de buenos y malos periodistas (que de todo hay) dan lugar a un modelo imperfecto, en el que caben errores, malas praxis y abusos, pero también los principios que hacen imprescindible la prensa en una sociedad abierta y libre.

Aceptadas todas las críticas, justificadas y no, al sistema de medios plural, sigue siendo preferible con sus imperfecciones al modelo de una red regida por un algoritmo que fomenta la polarización, en manos de un milmillonario, con reglas opacas, orientada al lucro y a los intereses personales de su dueño.

Porque, si vosotros sois los medios, significa que X es la prensa y, por tanto, que Musk es el medio: omnipresente, omnipotente, bajo ningún control y sin nadie a quien deba rendir cuentas. La ironía es que, además, se hace en nombre de la libertad.

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