Opinión | VIENTO ALBORNÉS
Un mundo al revés
Paulatinamente parece que nos vamos adentrando en «el mundo al revés», según expresión autorizada de quien es ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, del PSOE, que ya es frase capitular, como lo fueron otras, cual «es la economía amigos» de un vicepresidente de Aznar, Rato, que aún trasiega por los banquillos del juzgado, pero que más bien enlaza con la muy exitosa en el pasado siglo de «la justicia es un cachondeo», creada por el difunto empresario y eurodiputado Ruiz Mateos, cumbre del esperpento que en el nuevo siglo resulta pequeña. En tierras valencianas ya es popular «el que avisa no es Mazón», tomada sin su ironía por el implicado, cuando la ley de emergencias señala, meridiana, al president-indimiso.
Pequeña tras lo visto y lo que se avecina, cuyo resumen se halla en el titular de Juan R. Gil en este diario el pasado domingo 25: «Estoy que me lo hago encima», pues viendo lo rastrero de algunos políticos en la reconstrucción del sur de València considera que ya sólo falta que vengan los cascos azules de la ONU a mediar, por no mencionar las tribunas de Romero y Lagardera ese mismo día «avisando» sobre «lo que viene» en el panorama patrio e internacional. Ante lo que servidor recomienda a la ciudadanía por salud mental -Errejón lo dijo y lo ejemplifica- días de desconexión todos los meses, principalmente para pensar al margen de la turba vocinglera que nos asedia con falsas realidades paralelas.
Hablar del mazonazo de cada día es deprimente, pero más el circo romano bajo-imperial en el que se ha convertido la mandorla de la M-30, capacísimo al votar contra todo y contra todos en un desesperado devenir golpista muy dañino para España; mientras los vientos que llegan desde el exterior traen la fetidez del club de millonarios Mar-a-Lago que ha logrado, pese a perder en votos, retomar la presidencia estadounidense por mor del sistema electoral y ayuda de sus redes sociales, como algunos sueñan para nosotros. Aunque quizá aquí también fuese mejor un gobierno de los Ortega o los Roig, sin ánimo de señalar, que la recua Ayuso-Feijóo-Cuca-Garamendi-Cayetana-Borjatellado- etcétera con su letanía de naderías.
Franco sabemos donde está tras su último vuelo «dragon rapide», pero el neofranquismo pervive y va tomando posiciones, por lo que no es solamente aceptable sino indispensable rememorar el medio siglo de la desaparición del dictador, criminal hasta el fin, y los que usan cualquier maña para impedir gobernar al ejecutivo tras fracasar en su propia investidura, pese a hablar siempre en nombre de una mayoría de españoles PP-Vox-Junts que no existe, intentan contraprogramar a las cortes generales con leyes autonómicas inusitadas y contrarias a la vigente constitución; no miran hacia sus desengañados votantes, no tienen programa creíble ante Pedro Sánchez y la coalición Sumar o se repiten como una carraca.
La ciudadanía ha podido contemplar, y curiosamente presumen de ello con reuniones peperas continuas, la falta de iniciativas, entre censuras trasnochadas, de la mayor parte de sus gobiernos autonómicos -ya rotos- y locales con un partido como los voxísticos cuyo líder, Abascal, preside el grupo ultrafaccioso de Orban en el parlamento de la UE, contrario a los populares y socialistas que sustentan el gobierno Von der Leyen. Un sindiós. Y quieren elecciones.
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