Opinión | Mirador

Defensa de "lo público"

En todo Estado social y democrático de Derecho, como postula nuestra Constitución, los servicios públicos constituyen garantía básica de los derechos fundamentales de los ciudadanos/as. Su igualdad y libertad se garantizan así. Es el caso, de la sanidad y la educación. El acceso a los mismos se garantiza, por igual, sin discriminación alguna, ni por tanto en atención a razones económicas de otra índole.

La educación debe ser esencialmente pública. En el caso de la Universidad, aunque debe serlo a todos los niveles, la libertad de opinión y de investigación está por encima de cualquier opción limitativa. En este sentido la independencia de criterio del profesorado, que lo es de toda índole ideológica, permite promover una docencia especialmente excelente por lo que se refiere a su transmisión en términos enormemente beneficiosos en el proceso de formación de los discentes, hasta en la Universidad. Y permiten la formación de profesionales capacitados bajo el manto de la promoción de los derechos básicos de todos/as los ciudadanos/as. Las noticias que aparecen relativas a la dinamización de lo privado en detrimento de lo público, en algunos ámbitos territoriales de nuestro país, son preocupantes.

Olvidan que lo privado sólo debe ser complementario y no sustancial en un Estado social como el nuestro que debe intervenir para postular la igualdad y la libertad. Es nuestra Constitución.

Lo mismo cabe apuntar en relación con la Sanidad. No cabe cercenar el servicio público de la sanidad, con desviación de fondos públicos a lo privado. Esto significa subvertir el sistema mismo, orillando lo mejor que en esta materia tiene nuestro país, que nadie duda que es la sanidad pública. De esta manera, por lo antes dicho, debe primarse la educación pública en este ámbito, potenciarse los hospitales públicos que deben estar también destinados prioritariamente a la docencia de nuestras Facultades de Medicina. Esto es defender el servicio público, defender nuestra Constitución. No es concebible lo contrario, teniendo en cuenta además que nuestros Hospitales públicos constituyen en definitiva una red inescindible de nuestras públicas Facultades de Medicina, son en suma el propio servicio público, que estoy seguro que todos/as defendemos sin el menor límite.

Los Hospitales y Centros Sanitarios públicos deben ser inseparables de sus Facultades de Medicina públicas, asegurando un modelo único en docencia, asistencia e investigación.

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