Opinión | La ventana

Un cómico ante el horror

Antonio Resines en la presentación de la película 'Un lío de millones'.

Antonio Resines en la presentación de la película 'Un lío de millones'. / Efe/Mariscal

Antonio Resines cae bien. Con constatar que un día va al Hormiguero y al siguiente a La Revuelta sin despertar mosqueos está todo dicho. Asegura que en las 150 pelis más el porrón de capítulos seriados que lleva en la mochila ha seguido en un 80 por ciento el guion y que en el resto de la trama se permite en cierta manera interpretarse a sí mismo con permiso del mando. Al último director de un curro aún por estrenar que ha tenido el atrevimiento de llamarlo para protagonizar una historia de miedo le dijo: «Si salgo y no se tronchan, lo tenemos todo ganado. Pero como se rían, la has cagado». Es posible que para desarrollar esta faceta haya cogido galones tras pasarlo tan putas con el covid que, durante la interminable estancia hospitalaria y de acuerdo al parecer con su mujer y un amigo notario, le dijo a los médicos que le pegasen un tiro a lo que uno de los galenos respondió: «¿Pero tú eres tonto? ¡Cómo vamos a pegarte un tiro con lo que nos has hecho reír!». Bueno, en La caja 507 y en Celda 211 ni pizca, aunque tampoco es para tenérselo en cuenta.

Sí, se cumple un lustro desde que un turista alemán fue puesto a buen recaudo en La Gomera tras convertirse en el primer contagiado por el virus que interpelaba a nuestro sistema sanitario. El que suscribe estaba en ese mismo ferry no por olfato periodístico obviamente, sino por una buena dosis de chamba dadas las restricciones que se nos venían encima. ¡Qué tiempo aquel! Aún se estima que cuatro millones de semejantes viven con covid persistente. De un modo u otro una distorsión de ese calibre revolotea y trastoca. No pocas noches sueño que voy en el barco. Y qué contarles sobre la de seres queridos arrebatados de forma cruel y los que, al salir muy tocados, fueron quedándose en el camino. Un drama que al Kennedy de Trump y a la peña negacionista todavía le parecía poco infectando las redes a ver si la desventura ganaba enteros. A estos es a los que ahora que se ha metido en el género del terror, Resines se los echa a la cara y se irían sin entender por qué cae tan bien.

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