El legado de Valdez

Ahora también lo sabe el juez. Lo sabían todos, incluso los comerciales de Peter Lim, que al comprador del Valencia le importaba de poco a nada el fútbol. Una más, está en sede judicial, del despropósito que supuso aquel pucherazo de proceso de venta, donde los valencianos que mandaban entonces en el club y en las instituciones pusieron una alfombra persa al empresario de Singapur. Podía haber salido como una nueva ruta de la seda en el siglo XXI, pero si parece un fraude, las condiciones son engañosas y se esconden las trampas, entonces probablemente sea un timo. Tal cual los correos que remiten las entidades bancarias a sus clientes para alertarles de posibles estafas. Sin embargo, el Valencia de Salvo&Martínez hizo todo lo contrario que la lógica empresarial indicaba y en vez de ser vigilantes de un patrimonio que no les pertenecían, cayeron en el enredo orquestado por Jorge Mendes. Se sabía que no tenían experiencia en la gestión de clubes, pero confirmaron una operación similar a la del traspaso de una clínica de tratamientos de fertilidad a una orden de religiosas de clausura.

“Meriton es un holding y, por lo tanto, lo que hace es sostener otras empresas con participación de otras”, afirmó ante el titular del juzgado de primera instancia número 14 de València el representante legal de Peter Lim, que instruye la demanda contra Meriton y la presidenta Layhoon Chan de tres accionistas que reclaman daño moral, ante el incumplimiento de los compromisos del máximo accionista del València cuando adquirió la entidad.

Sé lo que pensaba Óscar Rubén Valdez, que se nos fue el domingo, de Lim. Lo mismo que la mayoría de esos veteranos que han dejado huella en nuestra memoria, una coincidencia a la que también se suman los que dan la cara por el propietario, aunque los menosprecie en salario y presencia. Esta tarde habrá un minuto de silencio antes del partido, y es de recibo que los que lo vimos cabalgar con su particular melena por la banda izquierda, expliquemos a los que no tuvieron esa suerte, que además de una zurda prodigiosa Valdez, siempre fue un ejemplo de esa canchera honestidad argentina, y un futbolista agradecido, tanto que se quedó entre nosotros y formó a varias generaciones de jugadores.

En el banquillo visitante se sentará Simeone, un entrenador que ha dado denominación de origen a equipo que sabe que su líder es el entrenador. Un modelo que le está funcionado bien al Atlético, que pasó por los mismos problemas que el Valencia, pero supieron buscar mejor al inversor, Wanda, que al menos les construyó un estadio nuevo. Por cierto, Wanda también se interesó por el club de Mestalla, pero cuando vieron el percal se fueron a orillas del Manzanares.