Opinión | Viento albornés

Analista

Mazón da miedo

Protesta de la Associació de Víctimes de la dana ante las Corts.

Protesta de la Associació de Víctimes de la dana ante las Corts. / E.P.

Hace unos días, cuando el president Mazón defendía en las Corts su continuidad, con sus cuates voxísticos, ante la solicitud de dimisión por parte de la oposición, una señora del grupo de afectados que pedía esa misma dimisión a las puertas del palacio llevaba una pancarta con el lema: «Mazón/ das/ miedo», que nos recordó de inmediato, vayan ustedes a saber el motivo, a la sátira humorística de «Los intereses creados» de Benavente, pues el drama de la dana homicida del 29O deviene en teatrillo tragicómico a través de un personaje tapón que se niega a liberar la espuma de la recuperación, apoyado por sus socios fachitas, Vox, que le blindan a él y vetan en la misma sesión un plan de reconstrucción elaborado por su vicepresidente-teniente general. Mascletà fallera y nueva manifestación ciudadana. De pena, penita, pena.

Quizá esos intereses creados trascienden a tal «personalidad» y la barrancada resulta tan dolorosa que impide analizar bien otras evidencias de su partido, PPCV, e afines ultras. La primera es la cuestión del negacionismo climático evidente que defienden contra una mayoría de partidos, incluidas las derechas, de toda la UE; recordemos que el día de autos el propio Mazón bromeaba sobre que la Universidad hubiera cerrado ante la alerta roja climática. Algo muy relacionado con la segunda, no menos importante, como son los motivos económicos, poco proclives a alarmar al turismo en vísperas de puente y que convierten en un problema alertar a toda la población, o que llevaron a la alcaldesa de València a reclamar primero ayudas al lucro cesante del sector hostelero (sic), siendo la tercera población en fallecidos.

Así mismo, la tercera evidencia es que la única prioridad siempre ha sido tapar al president, con el pretexto de salvar al soldado Núñez, Feijóo, que acudió de inmediato a València para no hacer nada salvo venir antes que Sánchez, pues el presidente regresaba de La India. El mandamás gallego aquí no manda nada y Mazón le hundirá cual hizo en las últimas elecciones generales con el pacto de la servilleta de bar con el maltratador jefe local de Vox, pues su éxito personal, ahora supervivencia, está por encima de los intereses de su partido, mientras Abascal quiera. La cuarta consiste en una falta de empatía cuasi sociopática por las víctimas, igual que su icono Díaz, Ayuso, a las que ha sido incapaz de pedir perdón, sin peros, ni en público ni en privado y que sólo le pesan por ser un baldón final para su carrera.

La quinta y última evidencia del bluf PP-Vox en el PV es que si encuentran a un pobre piensan en robarle -siempre les queda algo- y ven en la desgracia que ha azotado a los menos favorecidos una enorme oportunidad de negocio para los ricos que les votan y la ciudadanía que les apoya engañada por su totalitaria máquina de medios de comunicación para palurdos, contando además aquí con una nómina de expertos mafiosos, zaplanistas y campistas que «ofrenaron» grandes glorias e aún aparecen por banquillos y cunetas de la pela o la rapiña. Después del desmontaje de sus sucesivas manipulaciones, ya incontables, o los ridículos públicos cotidianos, sea en Orihuela o desayunando en Madrid, parece que Mazón fuere holograma imborrable proyectado por los satélites de Musk-Trump. ¡Qué pena!

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