Opinión | La ventana

Periodista

Cuerpos sin entrañas

Premiados en los Oscar 2025.

Premiados en los Oscar 2025. / Efe

El presentador salió del cuerpo de Demi Moore y hubo de volver a meter el brazo en busca de un zapato. La actriz se quedó destrozada, pero por ver pasar de largo la estatuilla. Los académicos igual entendieron que así le ahorraban más tute después del que la mujer llevaba ya encima.

Nada más coger su sitio, Conan O’Brien encadenó el rosario de bromas. Tiene todo el derecho. Tras un porrón de años en la cumbre al frente de un late-night, hoy tiene un podcast. Con el estado en el que se hallan los medios tradicionales, cualquiera se ríe. Así que Conan no paró. Certificó que Karla Sofía Gascón se encontraba en la sala: «Si vas a tuitear sobre los Oscar, recuerda, mi nombre es Jimmy Kimmel». La controvertida Emilia Pérez se delató al dejar patente su interés por saber quién era ese, que no es sino otro Buenafuente anglosajón en el que refugiarse cuando Andreu está ausente.

Uno de los que más disfrutaría con lo sucedido en el Dolby fue Abascal. Disculpen la brusquedad, pero es que la tropa jolibudense apenas si le tocó un pelo a Trump. El que no se llevase distinción alguna el actor que lo representa ni el que coge el testigo del abogado influyente y extorsionador a cuyos pechos se crió puede entenderse igualmente como una concesión porque el coaching de Zelenski tampoco debe estar muy contento con el ambiente cargado que recrea el biopic. Lo contrario a la intervención de la pareja ganadora al mejor documental, un chaval palestino y otro israelí quien aseveró que «la política exterior de este país ayuda a bloquear el camino que acabe con la injusticia y la limpieza étnica».

En medio de la que está cayendo, se recurrió a Cuando Harry encontró a Sally para cerrar con la peli coronada. Junto a Meg Ryan, el otrora anfitrión Billy Crystal hizo una ligera inclinación, subió una especie de turba, le arrebataron la figurilla y forcejeó para hacerse invisible.

Es la vida, desengañémonos. Y, por tremendo que sea el documental, pensar que traerá la paz es mera sustancia del cine: soñar despiertos.

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