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Subdirector de Levante-EMV

Coventry desarma a Lay Hoon Chan

El Comité Olímpico Internacional elige a su primera mujer como presidenta, mientras en Mestalla se acaba de despedir la financiera de confianza de Peter Lim

La exnadadora zimbabuense Kirsty Coventryt tras ser elegida nueva presidenta del COI.

La exnadadora zimbabuense Kirsty Coventryt tras ser elegida nueva presidenta del COI. / AP

Mujer, joven y africana. Por fin la máxima representación del deporte mundial recae en un perfil adecuado. La zimbabuense Avery Coventry presidirá el COI, después de asistir, con cierto sonrojo, como por aquí se hacía indisimulada campaña por Juan Antonio Samaranch, cuyo principal mérito era ser hijo del ex. La presidenta compitió en cinco Juegos Olímpicos como nadadora y se colgó siete medallas, entre ellas dos oros. Mientras se rompen techos deportivos hasta ahora impensables, salen vergonzantes defensores de Rubiales y cía, locutores anticuados que solo entienden de testosterona con comisión. Mientras el mundo va en buena dirección, no hay ni un solo programa deportivo de máxima audiencia radiofónica presentado por una mujer, y ellas son excepción en esas desfasadas tertulias de cuñadísimos que incluyen chistes verdes.

El Valencia tampoco ha tenido suerte en eso, pues su presidenta hasta hace poco, no tuvo interés por conectar con el valencianismo en ninguna de sus dos etapas, aunque en su caso se trate más de una cuestión de pusilanimidad que de género. Mañana el palco de Mestalla estará repleto de dirigentes futbolísticos para el decisivo España-Países Bajos, solo con una mirada a la zona noble del estadio bastará para saber que el fútbol tiene poco futuro sin continua en las mismas manos que hace medio siglo.

Nadie le perdió el respeto a Lay Hoon Chan, es más, los pocos que la trataron explican que conocía a la perfección no solos los números del Valencia, también a los futbolistas y su entorno, que tenía las cosas muy claras, pero siempre escuchaba, aunque la verdad es que los pocos que en el club exponían argumentos distintos acabaron siendo relevados. Cosas de autoritarismo singapurense, supongo. Lo importante es que con Kiat Lim parece que las cosas no van a mejorar, como testimonia su clamorosa ausencia en su partido de estreno ante el Valladolid. Además de hijo del propietario está licenciado en psicología, pero de momento desconocemos que manual aplicará a su gestión.

El presidente del Valencia debería leer, si todavía no lo ha hecho, ‘Open: Memorias’ un libro para conocer la vida de la estrella del tenis Andre Agassi. Cuenta como su padre, decidió que fuera un jugador profesional de tenis, incluso antes de que él naciera. Agassi comparte en primera persona las experiencias que lo han moldeado como deportista y como ser humano. La herencia dinástica nunca asegura el éxito, como se sabe y le acaba de ocurrir a Samaranch, pero además el hijo de Lim llega con una mochila cargada de despropósitos empresariales, pero, sobre todo, con un desprecio absoluto hacia el cliente -en terminología mercantil- del Valencia.

En los 131 años de existencia del movimiento olímpico ninguna mujer había sido proclamada presidenta del COI, un organismo que se creó en 1894. El Valencia acaba de cumplir 106 años, aunque su historia y leyenda sigue en manos cuestionables.

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