Opinión

Que no llueva (ya) más sobre mojado

Que no llueva (ya) más sobre mojado

Que no llueva (ya) más sobre mojado

It,s rainning again. Nunca Supertramp estuvo más atinado. La lluvia es muy lírica y muy cinematográfica, pero llevamos ya casi un mes con ella y eso tiene indudables efectos en la salud y disposición de todas las personas de orden y de buena voluntad. Uno lo ve todo con más pesimismo, con la cara más mustia, con mayor desgana y desapego. Qué más da lo que haga Trump, si no podemos bajar a sentarnos a una terraza y ponerlo a parir tomando unas aceitunas. Vas a comparar con estar metido en casa, hombre, por dios. Yo he visto a un grupo de señoras mayores discutiendo de manera acalorada sobre el efecto de los aranceles en el comercio mundial y su impacto sobre el precio del café con leche y las rosquillas de anís. Pero al sol y después de un buen paseo, como dios manda. Un amigo me llamó el otro día para decirme que pilló el otro día a su padre en la terraza de su casa, al alba, mirando al cielo y danzando mientras invocaba a los cielos cual chamán cualquiera. “Es que creo que va a llover otra vez y ya no puedo más con esta mierda de tiempo, hijo”.

Piove, porco governo”. Pero la lluvia afecta a todos, no solo a nuestros mayores. Mi hija pide que le aumente la paga porque se va a comprar más libros, para pasar el rato. Como descubra la lectura (en libros) a estas alturas no sé qué vamos a hacer, ni cómo lo vamos a combatir: ver por primera vez varios párrafos de quince líneas bien escritos y sin faltas de ortografía puede hacer que su cerebro, ya de por sí altamente inflamable, se desestabilice definitivamente. Y por otra parte, a los cincuentones como su padre que tratan de mantener físicamente lo poco que siempre hubo echándose a correr al asfalto, esta lluvia nos echa por tierra las (mínimas) ganancias obtenidas en el último año. Pero si hay alguien a quien esto afecta más, mostrando una simbiosis profunda con sus representados, son nuestros representantes. Da igual a donde mires, que hay para todos. “Porco governo y porca oposición” tanto si llueve como si no, pero con razón. La política española es como esa pista de autos de choque donde cada uno va por donde le da la gana, a lo suyo, esperando el siguiente trompazo. Sumar que se quiere ir de la OTAN, Feijóo que opina lo mismo que Sánchez pero ambos prefieren la gresca. Este último que para qué va a ir al parlamento, si total. Una vicepresidenta que no se trata con la otra. El PP en manos de Vox, el PSOE en el regazo de Junts. La transmutación de Borja Sémper en un “gormiti” irreconocible, la duda sobre si el Mazón del balcón de la cremà era real o una creación de la inteligencia artificial. Tras la lluvia siempre escampa, pero cada vez se va a necesitar más sol

Por si sigue lloviendo. Ya está en Netflix “Adolescencia”, serie potente sobre los riegos de estar hoy en la edad más crítica. El primer capítulo es un plano secuencia de una hora, que te deja patidifuso (no quiero pensar en la que le debe de caer a aquel actor que la pifie). Por otra parte, Alessandro Baricco ha sacado nueva novela. Pocas veces una primera obra tuvo tanta difusión en los medios como ese cuento mágico que fue “Seda”. Baricco cambia ahora el registro con “Abel”, un wéstern escrito, donde salen tiros, “sheriffs”, indios, caballos. Aparte de escribir de manera excelente y original, Baricco está reflexivo, pesaroso, escéptico, pesimista. O sea, que Baricco se hace mayor, como tú y como yo, a ver qué se ha creído. Y, por último, el pasado jueves se estrenó el primero de los seis capítulos de “La Conquista de la democracia”, serie documental sobre cómo se le dio la vuelta a la tortilla al franquismo desde la calle y la sociedad, con Nicolás Sartorius como responsable de contenidos. Se puede ver en RTVEplay. Está muy bien porque no salen las típicas imágenes, y se utilizan archivos de otros países europeos. Cada capítulo está dirigido por un director distinto. Quedan cinco. Los jueves, a las 22.00 horas, en La 2.

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