Opinión
Contra las tinieblas, urnas
Mazón ha secuestrado la voz de la sociedad valenciana, atrapada en un interregno donde el president, al que se supone la mayor responsabilidad, ha cometido la mayor insensatez

Carlos Mazón tras la reunión con el representante de las víctimas de la dana, ayer / JM López
Los coletazos desesperados de todo final de régimen son siempre los más peligrosos, pero también son los últimos. Los fotogramas del hundimiento final. Lo sabe el pueblo que exige un cambio y, por supuesto, lo sabe quién gobierna en tiempo de descuento y, sin convicción, rebasa todos los límites intentando transmitir un mensaje frágil de seguridad. Todo vale por un minuto más al poder, con una falsa firmeza de tics autoritarios con la que frenar un clamor que es imparable.
Un clamor real que nace de la gente. Un clamor que se abrirá paso. En su huida hacia adelante, Carlos Mazón ha abrazado todos los postulados trasnochados de la ultraderecha con tal de seguir manteniendo secuestrada la Generalitat. Con un gobierno fallido que sólo se conjuga en pasado. Un pasado, cada vez que habla, más perdido en las tinieblas.
La agresividad verborreica de Mazón contrasta con la voz firme y serena de la figura de la ministra Diana Morant. El antagonismo es abrumador. Ella representa la altura institucional de un mensaje construido desde el rigor, la ciencia, con la cercanía al pueblo propia de quien ha sido alcaldesa y conserva la sensibilidad de escuchar a la ciudadanía.
Con esa autoridad, la ministra Morant lidera un camino. Volem votar. Por justicia, dignidad y verdad. Queremos votar porque es urgente dar voz en las urnas a las decenas de miles de valencianas y valencianos que han expresado su voluntad de cambio en manifestaciones masivas tras la negligente gestión de la DANA. Habría que remontarse a otro periodo crucial de nuestra historia, como la transición, para encontrar una petición tan pura de ejercicio democrático y tan sostenida en el tiempo. Un grito unitario, transversal, del que Mazón ha hecho oídos sordos para empoderar a la derecha más reaccionaria.
Hay que devolverle la voz al pueblo valenciano. Desde su movilización deben ser quienes juzguen la gestión y quienes autoricen el proyecto de recuperación. La solución para la reconstrucción nunca puede ser la de un president incapaz de encontrarse con su propio pueblo, un gobernante desconocedor de su propio territorio. La normalidad tras la mayor catástrofe natural de toda nuestra historia no debe pasar por apostar por más negacionismo. La reparación colectiva no se debe sustentar sobre la tecnobarbarie de discursos xenófobos, contrarios a la ciencia y a los valores europeos.
Me pregunto qué sentirán ante esos relatos caducos las mujeres marroquíes que cocinaban platos calientes para los damnificados en el Parque Alcosa, en plena emergencia. O qué deben creer las personas migrantes de Siria, Afganistán, Venezuela o Georgia que en Picanya se movilizaron para repartir ayuda a las vecinas y vecinos, y ahora puedan ser sospechosos de pillaje por su partida de nacimiento ¿Qué pensará Ursula Von der Leyen cuando haya leído que el anfitrión del congreso del PPE lidera un ataque a la Agenda Verde Europea?
El fortalecimiento de la democracia no sólo depende de las instituciones, también de un pueblo informado y activo que exige sus derechos y libertades. La frase es de Emmanuel Macron, exponente de un centro derecha de corte dialogante, europeísta, el espacio al que Mazón ha renunciado para arrastrar en su caída a todo el Partido Popular, con la aquiescencia de Alberto Núñez Feijoó.
Hay explicaciones que solo deben pasar por las urnas, además de los juzgados ¿Dónde estabas, Carlos Mazón, el 29 de octubre? ¿Dónde ha estado el Partido Popular desde entonces? Mazón tuvo la oportunidad de dimitir y no ha hecho nada. El Partido Popular pudo forzar su dimisión y no hizo nada. En Les Corts hubo ocasión de forzar su salida y Partido Popular y VOX miraron hacia otro lado.
Es la hora del cambio. No desde una moción de censura, para la que no se dan los números y para la que se deberían aceptar los votos del odio de VOX. Las crisis se producen cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Y es ahí cuando nacen los monstruos. En ese punto estamos. Mazón ha secuestrado la voz de la sociedad valenciana, atrapada en un interregno donde el president, al que se supone la mayor responsabilidad, ha cometido la mayor insensatez. Un personaje atrincherado con el representante del peor pasado como guardaespaldas. Abran las urnas. Y no asistamos a más coletazos desesperados de un gobierno fallido.
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