Opinión | Bolos

Subdirector de Levante-EMV

La Peña de Corberán

Mestalla también juega el decisivo partido de mañana ante el Mallorca, el duelo transcendental de esta temporada para alejarse por fin del infierno

Corberán en la Peña Valencianista de Cheste con las leyendas del Valencia.

Corberán en la Peña Valencianista de Cheste con las leyendas del Valencia. / VCF Media

Llega la cuesta definitiva. En medio de un ambiente raro, tirando a indiferente, el Valencia se juega la permanencia mañana ante el Mallorca. El factor Mestalla vuelve a ser determinante en una nueva final, porque sumar los tres puntos son esenciales para afrontar los ocho partidos restantes con expectativas positivas. Con este pronóstico más necesario que optimista, el equipo de Corberán tendría en su casillero 31 puntos, y tal como está la zona baja de la clasificación, con 38 se podrá evitar el descenso, o sea que el objetivo es sacar siete puntos en los encuentros que quedarán tras el partido con los baleares, cinco fuera: Real Madrid, Rayo, Las Palmas, Alavés y Betis; y cuatro en casa: Sevilla, Espanyol, Getafe y Athletic. Con tres enfrentamientos decisivos ante rivales directos por la salvación en Canarias, Vitora y los pericos en Mestalla. Con solo ganar esos tres ya estaría.

Ese calendario está archivado en la cabeza de cada valencianista desde hace semanas, pero para que no se autodestruya, primero hay que centrarse en el duelo de mañana, y no será fácil ante un club que lleva años haciendo las cosas muy bien desde la llegada del extenista y accionista de los Phoenix Suns, Andy Kohlberg (Nueva York, 1959), que defiende una gestión deportiva basada en la filosofía del largo plazo para tener éxito. Algo sabe de eso el estadounidense después de estar en la propiedad del equipo de la NBA de Arizona muchos años. Además, el Mallorca tiene en el banquillo un buen entrenador con mucho oficio, Jagoba Arrasate.

Llegados a este punto, nadie entiende todavía por qué el Valencia tuvo tan mala suerte con Peter Lim, aunque fue algo más que una pésima fortuna, como se intuye y se acabará sabiendo. Tendrá mucho mérito salvarse con el peor gestor del fútbol mundial, como incluso reconoce la Inteligencia Artificial cuando se le pregunta. Por eso hay que centrar toda la energía en el buen trabajo que Corberán ha realizado durante esta mini pretemporada por el parón UEFA. El técnico, aunque ya lo sabía, ha tenido tiempo para acudir a su Peña Valencianista de Cheste, y pulsar presencialmente la ilusión colectiva de una afición maltratada desde hace años por su directiva, aunque eso no se lo contarían mucho en la Torino, donde hasta hace poco ejercía de sumo hacedor Aurelio Martínez, el corresponsable de todo.

Con el recién estrenado horario primaveral, Mestalla necesita revivir una de sus históricas tardes dominicales. No hay otra opción.

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