Opinión | La ventana
Redención para El Ventorro

El Ventorro antes y después de retirar los rótulos de su fachada el sábado pasado. / L-EMV
En una web denominada Así es España, especializada en situar al personal sobre posibles rutas a realizar compuestas sobre la base de qué ver y hacer o dónde dormir y dónde comer, puede leerse en una de sus innumerables reseñas: «Nuestro restaurante es un homenaje al pasado con detalles únicos, como la escalera del XVIII y las rejas forjadas a mano, que te transportarán a otra época. Cada plato es un tributo a la genuina cocina casera. En este establecimiento te invitamos a saborear la autenticidad de la ciudad y de su historia». Es El Ventorro, al que las recientes páginas de los acontecimientos vividos en la demarcación le han jugado una mala pasada. Mala es poco. Y francamente se ha ganado la redención.
Pese al ambiente enlutado en el que se ha visto envuelto esta tierra no es menos cierto que ante algunas ocurrencias iniciales no era fácil reprimir la sonrisilla. Estoy pensando en la peña de Todo por la radio, el espacio de humor del que me confieso acérrimo seguidor liderado por Toni Martínez, creador en su día de los guiñoles, quienes enseguida que vieron por dónde iban los tiros y el bamboleo del encartado lo bautizaron como Carlos Ventorro. Y no han parado al compás del despendole practicado por el otro. Pero, aun dejando al margen las redes puesto que entonces sería incuantificable, no han sido los únicos. Acabo de ver de un tirón a Sánchez, a Montero y a Diana Morant echar en cara a sus rivales ser rehenes del «pacto del Ventorro» y, claro, esto ya es una distorsión de lo acontecido porque en el día de autos lo que se produjo es que la comensal citada el regidor hambriento le espetó nanay ni hablar del peluquín. Y no creo que el tragaldabas haya vuelto a quedar donde quedó por suerte para el local.
Sin los tintes dramáticos que a tantas criaturas se les vino encima, el restaurante es a su manera otro damnificado, víctima del desatino con que el cliente señalado del 29O ha regado la insufrible digestión. Ahora busca alimentarse por el sur a base de platos precocinados. Que le aproveche.