Opinión

Volantazos en la derecha

Donald Trump.

Donald Trump. / EP

Ahora que PP y Vox habían armonizado sus posiciones tras el pacto presupuestario, la política arancelaria de Trump vuelve a poner a los conservadores frente al espejo. En esa relación de idas y venidas que mantienen, el nuevo altibajo evidencia la falta de rigor en el ideario de los populares. El pacto presupuestario ha sacado la peor cara del Consell: el listado de enemigos de la patria que acumula la extrema derecha y que asumen como si tal cosa. Han anunciado un recurso al Tribunal Constitucional por el reparto de los migrantes no acompañados; se mantienen a la espera de si finalmente reducen subvenciones a los sindicatos por orden de los socios; y el eterno foco contra el idioma valenciano.

Es parte del precio para que el desacreditado gobierno autonómico obtenga cierta estabilidad política, pero la factura se emite en vísperas de que el PP europeo celebre su Congreso en Valencia. Lo peor, el retroceso de una comunidad como la nuestra, que aspiraba a ser vanguardia en muchos aspectos, convertida en epicentro del abrazo al trumpismo.

Para Vox todo el mundo tiene la culpa de los aranceles menos Trump. Mientras, Feijóo ve la oportunidad de ofrecer moderación y se pone enfrente del disparate. Bienvenido sea el volantazo, pero entonces, ¿cómo digerir en la Comunitat el acuerdo presupuestario? ¿Con qué careta recibirán a Ursula von der Leyen el 29 de abril? ¿Con la de liberales o la de partido socio de los socios de Trump?

El Partido Popular bascula en la contradicción por la competencia electoral con los ultras y la dependencia de ellos para gobernar. La cuestión es si realmente hay un contrasentido ideológico o se trata de un proyecto político con más elementos en común de lo que parece. Lo acontecido en el Ayuntamiento de València da cuenta de lo segundo al readmitir, en el grupo municipal y en el gobierno, a los dos ediles de Vox expulsados. O el propio acuerdo de presupuestos de la Generalitat afianzando la legislatura. Todo indica que el esquema PP-Vox se mantendrá en los diferentes niveles de gobierno, más allá de la cuestión arancelaria. Y en lo que tenga que venir.

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