Opinión

Mazón entra en acción

Sin respiro apenas pone rumbo a Nueva York y Miami para chequear el impacto de la política arancelaria de Trump en las empresas de aquí, que es el tipo de análisis que estas hacen por videoconferencia con tal de ahorrar gasto y ganar tiempo

Carlos Mazón en el congreso del PPE en València.

Carlos Mazón en el congreso del PPE en València. / Fernando Bustamante

Ya sé que no se conocen las causas que provocaron el gran apagón, pero lo cierto es que podían contabilizarse no pocos componentes del Partido Popular Europeo deseosos de que la dichosa cita en Valencia diera al traste. Y una solución así no tenía rival: no había que trasladarla como se empeñó Feijóo en la antesala de que sus correligionarios le tumbasen la idea y existían un porrón de posibilidades de que el desplazamiento de asistentes se viera frustrado en algún enlace. Más rodado imposible. Yo no digo que la organización que comanda la Eurocámara haya sido el agente ejecutor de la súbita pérdida de 15 gigawatios de generación eléctrica del sistema en España, pero indicios...

 Y mucho más cuando fuentes dignas de todo crédito han dejado caer que, al poco de irse la luz, Mazón se puso manos a la obra. Los trenes se pararon, los frigoríficos se trastornaron, los cajeros se congelaron a las 12,33 y a las 12,34 él ya estaba en marcha. Sin que en su agenda se registrara, lo primero que hizo fue presentarse en la prueba de llaves para la apertura de la hornacina del camarín perteneciente al monasterio de la Santa Faz. Nada más cumplir con el rito fue a saco. No quiso perder tiempo y aprovechando que en esta ocasión tenía al equipo de asesores a su alcance les transmitió con anterioridad que le preparasen los accesorios necesarios para hacer frente a entornos peligrosos. En el mismo coche oficial, como si de 007 se tratara, fue cubriéndose el cuerpo con casco, gafas, guantes, botas de acero y tapones para los ruidos que igual se perpetúan y se subió a un poste de alta tensión, en lo que es especialista. De momento no hay imágenes porque no suele gustarle airear el rastro de sus proezas.

Sin respiro apenas pone rumbo a Nueva York y Miami para chequear el impacto de la política arancelaria de Trump en las empresas de aquí, que es el tipo de análisis que estas hacen por videoconferencia con tal de ahorrar gasto y ganar tiempo. De su trayectoria es lo que resplandece: que siempre acude adonde tiene que acudir.

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