El nombre en la camiseta

A nuestros hijos les hablamos del Valencia CF con cierta prudencia. Por un lado, con el orgullo por lo que hemos vivido nosotros y lo que nos contaron nuestros padres y abuelos: las ligas, las copas, las de Ferias y las otras, y las finales de Champions. Por otro, con el miedo por ese vértigo que nos provoca el futuro más inmediato y el de más allá. Nadie sabe con la mínima certeza hacia donde nos dirigimos, si caeremos al precipicio tarde o temprano o si sobreviviremos para salir reforzados algún día, una posibilidad remota que no podemos descartar porque el Valencia CF es duro como el oro y nuestro valor es como el del mineral, más refugio que presente.

A nuestros hijos les hablamos mucho de finales los 70, y también de lo que nos contaron de Mundo, Puchades, Wilkes y Claramunt, porque de eso se trata esta militancia. La cultura de club es eso: localizar Algirós en el mapa. Conocer a Milego, a Montes y a Cubells. El Bar Torino y su verdadera ubicación. La acequia de Mestalla. La delantera eléctrica. Vicente Peris y Luis Casanova. Las falacias de Amadeo Salvo y los malditos patronos. Fernando Gómez, Ricardo Arias y Subirats. El huevo de Penev. Mijatovic. El penalti de Pellegrino y lo de Mbbia. El gol de Forment. El de Tendillo. El de Baraja, y el de Ayala. Nosotros les damos la murga con Kempes. Algunos de nuestros hijos llevan su nombre impreso en su camiseta del Centenario porque Mario es (casi) nuestro ‘Todo’ aristotélico de esta doctrina, de esta religión de la que no desertamos pese a Mr. Lim.

Hay mucho futbolista que no viene a cuento grabado en las zamarras de la grada, o bien porque su paso fue fugaz o porque se fue por la puerta de atrás. En mi zona hay un señora que lleva la de Romario. Hay camisetas con los nombres de Patxi Ferreira, Alcácer y hasta del Tino Costa. Lo raro es ver a los de futbolistas anteriores a 1995, cuando llegó a la Liga esta norma heredada de la NBA. Llevamos 30 años con esto de la identidad del futbolista en su camiseta y a uno lo que le conmueve es leer el de un jugador que ha dejado huella en una espalda camino de Mestalla. Ahí hay cultura de club.