Opinión | Tribuna

València

Recuperar la esperanza colectiva

Pintada de gratitud a los voluntarios en una calle de Paiporta.

Pintada de gratitud a los voluntarios en una calle de Paiporta. / Efe/Bruque

Con pena y sin gloria. Así nos encaminamos hacia el ecuador de una legislatura que el 29 de octubre de 2024 descarriló irremediablemente. Aquel día cambió el curso de la historia de nuestra provincia y, por ende, comenzó una metamorfosis mucho más profunda de lo que algunos son conscientes. Vivimos en las sobras de un tiempo desmoronado reputacionalmente. El peor Consell de la historia con un presidente que no puede salir a la calle y que aguanta abrazado a los zapatos de Abascal.

La tragedia se llevó por delante vidas, viviendas, negocios, proyectos y un intangible del que hablamos poco: la esperanza como posición vital. Ese sentimiento tan valenciano como es la confianza interiorizada en el futuro. Por todo ello, el deber moral, político, cívico e institucional debe ser rescatarla. No hay mayor prioridad que regenerar la esperanza, dinamizar el vigor colectivo. Y ello solo será posible si los responsables de toda la decadencia vivida y sufrida se marchan. No habrá ni recuperación ni reparación si se quedan. Lo estropean todo. No va de ideologías sino de actitudes políticas grotescas.

El 29 de mayo está previsto que la extrema derecha apruebe la Ley de presupuestos de la Generalitat. Extrema derecha porque ha sido Abascal el gran hacedor del acuerdo. Mazón lo ha vuelto a hacer. El más rápido de todos en mimetizarse con los ultras. El más rápido en cerrar acuerdos con los que odian, paradójicamente, el autogobierno. Un Presupuesto que tributa en los valores del negacionismo, la eurofobia y el rencor.

En realidad, la extrema derecha nunca soltó a Mazón. Marcharon del Consell con aquella coartada racista e inhumana de los menores inmigrantes, pero siempre estuvieron ahí. Por eso el PP no les cuestionó la presidencia de las Corts. Y, desde ahí, desafiando la historia y la dignidad de todo un pueblo, la presidenta ultra decidió no conmemorar el 25 d’Abril. Por supuesto, con el plácet del PP de Mazón. No tenemos un gobierno ni una presidencia de las Corts. Tenemos caballos de Troya desmontando la credibilidad institucional en nuestra Comunidad.

Por eso esta legislatura ya está agotada. Por eso, los socialistas de esta provincia herida queremos trasladar un mensaje de esperanza y volver a comprometer toda nuestra energía en el diseño de un futuro diferente. Somos oposición. Pero somos pregobierno. Esa es nuestra determinación. Y esa es la necesidad de una provincia que no puede ser reconstruida por los mismos que acreditaron desidia e incompetencia en el peor momento. Aquellos que demostraron vileza en los meses posteriores. Concentrados en su agenda de autosalvación no se conoce más esfuerzo que el de centrifugar culpas y fabricar bulos. Por eso, necesitamos reiniciar un tiempo nuevo basado en la gente y los municipios afectados como principal prioridad.

También exigimos la máxima ejecución del presupuesto de la diputación. El mayor de la historia como consecuencia de la voluntad compartida de los progresistas en esta institución. Así, forzados y arrastrando los pies, llegaron las derechas al pleno que contó con nuestra propuesta positiva de acuerdo.

Entendimos que, ante la peor catástrofe conocida por nuestra generación, la política debía ser útil a nuestros municipios y a las víctimas. Fue nuestra manera de mostrar respeto y responsabilidad histórica. Ahora solo podemos exigir la total ejecución de estas cuentas. Otra cosa sería defraudar las expectativas generadas y un capital político que nadie ha tenido en ninguna otra parte.

Otra prioridad para los socialistas será trabajar por una nueva gobernanza en el espacio metropolitano. Ese es el crisol en el que forjar las estrategias más eficientes para mancomunar servicios públicos y mejorar la calidad de vida en materias tan diversas como la movilidad, las infraestructuras, los servicios sociales o las propias emergencias. Emergencias en tiempos de cambio climático. Ese que niegan quienes todavía nos dirigen.

Los socialistas y los sectores más avanzados de la sociedad tenemos que asumir la batalla cultural contra un concepto del mundo, la democracia y la convivencia que detesta la justicia social, la igualdad y la tolerancia.

Por otra parte, los socialistas de la provincia de Valencia asumimos la realidad de un territorio plural y diverso. Un territorio en el que frenar la despoblación y la caída demográfica en los ámbitos más amenazados. Necesitamos diseñar una estrategia de desarrollo que despliegue el potencial de cada comarca en un mundo que castigará a quienes solo gestionen la rutina y las inercias.

Nos espera un tiempo cargado de incertidumbres. Pero, precisamente por ello, poseer valores firmes como los que hemos representado durante 146 años, constituye una verdadera carta de navegación para afrontar todo tipo de retos.

Una nueva revolución tecnológica, los cambios en el mercado laboral, la amenaza de aranceles que pueden lastrar economías exportadoras como la nuestra, una crisis climática que nos sitúa en la zona cero del peligro, la falta de vivienda y la percepción de que los hijos vivirán peor que sus padres, nos emplaza a movilizar toda nuestra capacidad de presentar una alternativa a la altura de las circunstancias.

Aunque somos el partido con más alcaldías de la provincia, vamos a recuperar los espacios institucionales perdidos para detener tanta ignominia desatada y restablecer las coordenadas del progreso colectivo. Solo lo conseguiremos trabajando y centrando prioridades. Queremos un partido concentrado en la sociedad, en el diálogo y la interacción permanente con los que anhelan cambios. Saldremos de este túnel porque sabemos, debemos y queremos salir juntos de tanto lodo político y moral acumulado.

Hoy el balance es penoso. Perdurará mientras las derechas sigan atornilladas al poder. Por eso toca votar. La democracia se cura con más democracia. Solo las urnas serán la incubadora de un tiempo nuevo y digno. Un tiempo de reparación y justicia social.

Tracking Pixel Contents