Libertad de prensa en la era del algoritmo

Que la Inteligencia Artificial (IA) ha penetrado en nuestras vidas tanto profesional como personal ya no supone una novedad. Y que el Periodismo está inmerso de lleno en esta relación humano-máquina, tampoco. De hecho, desde la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV) lideramos la Comisión de la IA en el seno de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Dada la relevancia del tema, la Unesco pretende analizar el impacto de la IA en los medios de comunicación en el Día de la Libertad de Prensa. Un debate con especial énfasis en un derecho primordial como es la libertad de prensa, ya que afecta tanto a la búsqueda, difusión y recepción de la información por parte de la ciudadanía, como al ejercicio de la profesión.

A su vez, la libertad de prensa se enfrenta al poder silencioso de los algoritmos. ¿Quién prioriza una noticia frente a otra? ¿Qué criterios de visibilidad rigen? Si hace años en las facultades de Periodismo estudiábamos la Agenda Setting, ahora parece que la influencia en la opinión pública está marcada por plataformas que manejan algoritmos de recomendación opacos. De hecho, el informe sobre la IA desarrollado por la Unesco apunta: «Las plataformas privadas [Google, Meta] utilizan cada vez más la IA para filtrar, moderar y seleccionar contenido, convirtiéndose en guardianes de la información».

Nos encontramos ante la tesitura de que el periodista ya no solo escribe para informar a la ciudadanía, también «debe» escribir para «gustar» al algoritmo. Si no, la noticia puede caer en saco roto, lo cual condiciona profundamente el qué y el cómo se cuenta. Un ejemplo son las ya tan habituales noticias de clicbait, que están erosionando el periodismo.

En paralelo, vivimos la paradoja de tener más acceso que nunca a la información, pero la atención del lector queda diluida en un ecosistema saturado, en una intoxicación constante. Las noticias se mezclan con memes, vídeos cortos, rumores, promociones y, por supuesto, fake news. Muchos usuarios ya no distinguen fuentes ni profundizan, quedándose con aquellas informaciones que el algoritmo destaca. Por ello, este ruido puede desembocar en silenciar, invisibilizar y trivializar el trabajo de los periodistas. Por tanto, nos preguntamos: ¿debemos exigir legalmente a las plataformas transparencia algorítmica? ¿Hay que reforzar la educación mediática? ¿Qué papel tienen las redacciones frente a estos desafíos? Un reto en el que la ética juega un papel primordial. Y no solo la ética, también los colegios profesionales, que siempre hemos reivindicado en la APPV.

Así, en la era del algoritmo y de la IA, se hace más necesaria que nunca la libertad de prensa bajo la batuta de un periodismo que se posicione como garante de la democracia en la también era de la posverdad. Lo vemos en un momento en el que el año pasado se registró el lamentable récord de 179 compañeros y compañeras asesinados en conflictos de guerra, la mayoría en Gaza, y con una libertad de prensa socavada en una parte importante del mundo que llamamos ‘libre’.