Opinión | La ventana

El desparpajo del matador

Morante salió el jueves festivo con ganas a la Maestranza y la gente se daba codazos por comprobar si esta vez sería posible. Los veteranos de la plaza tienen ya buena parte de las extremidades en carne viva porque son los mismos que se acercaban a embelesarse con el paseíllo del Faraón de Camas que, en el noventa por ciento de las tardes, era lo único que les ofrecía Curro. Solo eso, pero ¡qué manera de envolverse en el capote! El de la Puebla se ajusta una montera dieciochesca que, según los académicos, es el único que puede llevarla. En esta ocasión la cara tampoco desentonaba. Anduvo aseado con el primero y aguardó bien pertrechado al segundo. La afición que, a estas alturas de la controvertida tradición tampoco está para muchas exigencias, sembró los tendidos de petición de trofeos. Mientras la presidencia se hacía de rogar, acérrimos del diestro desplegaron una pancarta que iba más allá: «Habemus Papam».

Para este sector de creyentes el cónclave quedaba resuelto antes de arrancar y a un carro similar se subió en la misma jornada Santiago Abascal quien, tras la multa de cerca de un millón de euros a su formación por financiación ilegal, acusó de prevaricación a los consejeros del Tribunal de Cuentas, se empleó a gusto con el Gobierno y con ese desparpajo que lo contempla despachó la faena de los tejemanejes que se trae dándoselas de matador sin reparar en las costuras que asoman. Presume de hablar poco porque no puede piar demasiado pero, cuando se luce, aprecias lo bien que sienta su mudez.

Lo de Morante es hacia dentro, pero en una campaña electoral invitó a Abascal a su finca: «Cuando empecé no recuerdo movimiento animalista alguno y yo era un orgullo para mi pueblo. Al cabo de 25 años se ha vuelto muy difícil y por eso la ilusión de Vox y de Santiago. Es una esperanza no solo para el mundo taurino, sino para los que viven de las costumbres de su país». Con eso de las costumbres lo clavó, maestro. Solo que a quien se llevó a una tienta, las que le tientan son las que le tientan.

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