Opinión | Las científicas cuentan
¿Está a salvo la ciudad de Valencia frente a una DANA como la ocurrida en octubre?

¿Está a salvo la ciudad de Valencia frente a una DANA como la ocurrida en octubre?
El Plan Sur es una obra de ingeniería hidráulica gracias a la que se desvió el cauce del río Turia a su paso por la ciudad de Valencia para impedir inundaciones como la ocurrida en 1957. O como la ocurrida el pasado mes de octubre. Pero ¿está probada esta eficacia?
Ante esta pregunta, la respuesta siempre está en los caudales: el caudal de la avenida y el caudal que es capaz de evacuar la infraestructura. Y, paradójicamente, no se conoce ninguno de los dos a ciencia cierta. Sin embargo, sí hay indicios que nos llevan a pensar que la ciudad no está tan segura como podría parecer.
El problema durante una gran avenida es que los caudalímetros se ven sobrepasados en sus capacidades e incluso se rompen, como pasó en esta última DANA, por lo que únicamente tenemos una cifra mínima del máximo caudal evacuado, a partir de la que hay que estimar el pico máximo de la avenida. En el caso de la riada del 57 se tomó como caudal máximo aquél que el antiguo cauce era capaz de desaguar (3.700 m3/s) pero, evidentemente, el pico máximo fue mucho mayor, ya que se desbordó. La propia Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha pasado a estimarlo entre 4.200 y 4.400 m3/s e incluso hay estimaciones que alcanzan los 6.000 o 10.000 m3/s. En cuanto a la DANA del pasado mes de octubre, la CHJ ha dado un caudal máximo de 2.000 m3/s para el nuevo cauce del Turia, dato bastante fiable ya que no se desbordó. No ocurre lo mismo con el caudal del barranco del Poyo, en el que el caudalímetro se rompió tras una medición superior a los 2.000 m3/s y con un ritmo de ascenso vertiginoso que hace pensar que el pico del caudal podría haber llegado a los 4.000 o 5.000 m3/s fácilmente.
Por otra parte, hay que contrastar estos caudales con los máximos que el Plan Sur podría desaguar. Y, a pesar de que una obra hidráulica como esa se realiza con un caudal de diseño, la capacidad final puede no ser la que se había proyectado. En este caso, la capacidad de proyecto era de 5.000 m3/s, sin embargo, hace ya varias décadas que se sabe que su capacidad real es bastante inferior, habiéndose citado la cifra de 3.700 m3/s por el presidente de la CHJ en septiembre de 2004. De hecho, en los presupuestos generales del Estado para 2008 había una partida de 18 millones de euros para el recrecimiento de las paredes laterales del Nuevo Cauce con el fin de aumentar su capacidad, obra que no se ha realizado casi 20 años después. Otras obras planificadas, pero sin financiación son las planteadas por Aquamed a la CHJ hace unos 10 años, en las que se proponía la excavación de un cauce secundario y la colocación de piezas prefabricadas de hormigón para recrecer los laterales; todo ello con el fin de aumentar la capacidad de desagüe del Nuevo Cauce. En definitiva, las autoridades competentes son plenamente conscientes de las limitaciones de caudal que presenta el actual Plan Sur y que suponen un grave riesgo para la ciudad de Valencia.

¿Está a salvo la ciudad de Valencia frente a una DANA como la ocurrida en octubre? / L-EMV
En efecto, si comparamos los caudales de las avenidas y los de capacidad del Nuevo Cauce, veremos que esta infraestructura no podría evitar una inundación ni para una avenida como la del 57 (6.000 m3/s frente a 3.700 m3/s) ni para la DANA que sufrió el sur de Valencia el pasado mes de octubre ya que si sumamos los caudales de la rambla del Poyo y del Nuevo Cauce obtenemos cifras muy superiores a los 3.700 m3/s. En este caso ambos cauces han desaguado de forma independiente, pero ¿qué hubiera pasado si las lluvias se hubieran dado unos kilómetros más al norte? En ese caso la lluvia torrencial habría estado centrada en la cuenca del río Turia y el caudal total habría llegado al Nuevo Cauce siendo, con toda seguridad, mayor a 3.700 m3/s y provocando un desbordamiento y una inundación generalizada en la ciudad de Valencia. Lo mismo hubiera ocurrido si se conecta la rambla del Poyo con el Nuevo Cauce, obra que se plantea en algunas ocasiones pero que simplemente trasladaría el problema de los poblados del sur al centro de Valencia.
En esta ocasión, lo que ha ocurrido es que la infraestructura del Nuevo Cauce ha hecho de barrera frente a la escorrentía superficial de la huerta sur de Valencia, impidiendo su desagüe y empeorando la situación al sur de Valencia, mientras que ha evitado que esa misma escorrentía llegara al barrio de Patraix y otras zonas que lindan con el Nuevo Cauce.
Las soluciones pasarían por desviar no sólo el barranco del Poyo, sino todos los barrancos con regímenes torrenciales de las zonas urbanas por las que pasan, dotándolos con la anchura necesaria en todos sus tramos. Además, habría que mejorar la capacidad del Nuevo Cauce y diseñar soluciones alternativas que alivien el problema, como la creación de presas de laminación, reforestación, mantenimiento de cultivos o lagos fluviales de acumulación de aguas, por ejemplo. Mientras no se acometan estas obras, sólo es cuestión de tiempo que llegue una inundación a la ciudad de Valencia similar a la ocurrida en el mes de octubre en la huerta sur.
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