Opinión | Hoy es el futuro

València

Los tontos del fútbol

Soy un puñetero friki de la prehistoria y conozco, muy poco, a Jane Goodall porque leí en un libro que un paleoantropólogo muy famoso, no tanto como sus padres, le hizo ver que, aunque sin formación académica, Jane podía ser muy útil para la ciencia estudiando el comportamiento de los chimpancés en la vida salvaje ya que hasta entonces solo se había hecho en cautividad. Por eso el día que apareció ella en La Revuelta incluso dejé de cenar y pedí a mi hija que se callara porque hablaba en inglés -Jane, no mi hija-, y para mi sorpresa estaba entendiendo lo que decía: “chimpanzees use tools and even make them”, pero necesitaba silencio. Broncano acertó de pleno ese día, no como cuando se fue a casa del filósofo Fernando Arrabal, que la entrevista fue un truño de dimensiones cósmicas y bastante incómoda. Cambié de canal.

Y pasó lo que tenía que pasar, que llegó la lista de turno al día siguiente a presumir de su alto grado de intelectualidad porque mientras ella veía a Broncano y a Jane Goodall, otros estaban haciendo el simio viendo un partido de fútbol. Admitan que lo de ‘simio’ en este contexto está bien tirado… ¡un aplauso para el tete! Pero sigamos: “La mayoría viendo el fútbol. Una minoría a Jane Goodall. Amor absoluto a la sensibilidad de esa minoría” decía la iluminada. ¿Se puede ser más cursi? Me veo a la Tia Vicentica en la casa de la cultura de La Pobla de Farnals diciéndole “eres una coentaaaaaaaaa!”. Por cierto, tremenda pareja de cómicos la Tia Vicentica y Óscar Tramoyeres. ¡Cracks!

Lo que les estaba diciendo, que nunca falla, para que un tonto se crea el más listo nada mejor que darle una gorra de la caja rural del pueblo y susurrarle que es miembro de un grupo selecto y superior al resto. Que forma parte de los elegidos e incomprendidos que han sido capaces de llegar a la verdad verdadera que nos da respuestas a las grandes cuestiones filosóficas y metafísicas de la vida, y que les ha sido revelada solo a unos pocos porque ellos lo valen, no como el resto de la humanidad, que solo sabe gritar como los neandertales y ver partidos de fútbol sin cuestionarse quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos…

La imaginaba feliz y satisfecha por el comentario, y sentí tanta vergüenza ajena por ridícula, que hasta me dieron ganas de borrarme del TeamBroncano por unos días. Quiero decir, si esta ve a Broncano, ¿qué hago yo viéndolo? Mira que a los futboleros nos gusta pelearnos entre nosotros cada día y por cualquier cosa, pero hay tanto ‘tolai’ por el mundo, que nos obligan a unirnos y defendernos. ¿Dónde narices está Rafa Lahuerta cuando más lo necesitamos?

PD: Ya sabes, amigo ‘homo futbolerensis’, si lees artículos como este, no lo vuelvas a hacer. Para ser guay en la vida hay que leer libros y escribir bobadas. Pero con sensibilidad, no te olvides.

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