Opinión

València

La novelesca fascinación

Las respuestas de Pérez Reverte sobre Pedro Sánchez han sido tan llamativas como la cara que iba poniendo Pablo Motos

Pablo Motos y Pérez Reverte

Pablo Motos y Pérez Reverte / Levante-EMV

A la 1 siempre le ha costado más cambiar el chip, incluso en periodos en que no andaba anquilosada. Ahora atraviesa una época sandunguera. No para. Primero atacó el carrusel del entretenimiento con aciertos y con el disloque de ese bochorno que parece a punto de extirpar. A continuación ha ido a por el frente político informativo tertulianesco, ha tenido la visión de colocar de mañanero a Javier Ruiz consiguiendo que no haya que meterse por fuerza a Ferreras en el cuerpo, lo cual es impagable. La enésima agitación de la vida pública ha llevado a que la nueva incorporación extienda redes también nocturnas y, ya que otros no se deciden, está haciéndole a La Sexta una moción de atrevimiento en toda regla.

Es lo que tiene la agitación, que se vuelve contagiosa siendo complicado alcanzar los propósitos. En medio del fregao se me han venido a la memoria célebres episodios acontecidos en diferentes platós a los que fue invitado el controvertido Pérez Reverte para promocionar el libro y que de paso le diese a Sánchez su merecido. Como el escritor se explayó permítanme que entrelace lo más posible sus respuestas, tan llamativas en su caso como la cara que iba poniendo Pablo Motos entre otros: «Pedro Sánchez es un personaje fascinante. Un aventurero de la política, un pistolero, un asesino con ese instinto del buen jugador de ajedrez. Sin leer un libro tiene en la sangre a Maquiavelo, a Bodin y a Althusius, teóricos de la política del Renacimiento. Cuenta con un instinto político extraordinario. Es valiente, tenaz, atrevido, sin duda el político más interesante de España y posiblemente de Europa. Otra cosa es dónde te lleve. Sabe además que lo indultaron en las elecciones, pero que el español olvida. Nos ha tomado el pulso muy bien. Está jugando de una forma muy inteligente con todos nosotros y para eso hay que valer. Sus enemigos son unos moñas. Va a estar el tiempo que quiera. Caerá cuando ya no tenga nada que vender, pero es imbatible. Estoy fascinado con él». 

   Qué nos vas a contar, Arturito.

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