Opinión
No hay novedad señora baronesa
En el Valencia, hay que empezar a luchar por evitar el descenso, que si ello no da gloria a la entidad, al menos da emociones y cada semana toca armarse de paciencia

VALENCIA, 30/09/2025.- El centrocampista neerlandés del Valencia Arnaut Danjuma durante el partido de LaLiga de fútbol que Valencia CF y Real Oviedo disputan este martes en el estadio de Mestalla. EFE/Kai Forsterling / Kai Forsterling / EFE
“Sin novedad en el frente”, de Eric María de Remarque, resulta demasiado serio para hablar del estado actual del Valencia Fecé. “No hay novedad señora baronesa, no hay novedad”, número de una jovial revista, sí está más de acuerdo con lo que pasa en el Valencia Fecé. Claro que la revista que le cuadraría más es la titulada “La chacha, Rodríguez y su padre” (por favor no mirar al palco de Mestalla) que interpretaba la genial, guapa y valencianísima Enriqueta Claver Delás, más conocida como Queta Claver. Porque resulta difícil tomar muy en serio lo que al cabo de tantos años se sigue sufriendo en la capital del Reino. No sé si lo leí en algún periódico de mi infancia, pero los fichajes del club me recuerdan a lo que alguien dijo como sentencia de lo ocurrido: “Pelé, Melé i el xiquet de la Bengalé” que no supe bien de que se trataba, aunque actualmente me acerca a los contratos deprimentes del Valencia Fecé.
Estamos en el año del centenario de Puchades y el club ha roto los hábitos del tal Lim con más fichajes que nunca. Pero si en los tiempos de Arturo Tuzón como presidente y Salvador Gomar (padre) como Secretario General, se fichaba a un futbolista de Tercera, la Tercera del entonces, resultaba que se compraba al Pegaso a un tal Quique Sánchez Flores. Ahora la sociedad anónima es capaz de contratar jugadores suplentes del Mallorca. Pero desde hace más de un decenio no es que no tengamos novedad, sino que seguimos tragando y ello no es nuevo.
Este año contrataron a un genio escocés que llegó al sprint final para traer a varios futbolistas que daban el número de incorporaciones que había pedido el entrenador. El número, sí. La calidad, no. ¿En qué periodo de la historia del club no ha habido un hombre de la casa, Pasiegutio pongamos por caso, que no fuera capaz de fichar jugadores que reforzaran el equipo? De los nuevos hay uno que me cae bien. Se llama Batiste como un personaje de Blasco Ibáñez. La mayoría no son mejores que los que dirige Angulo en el Mestalla.
Tal vez se perdió la oportunidad de que unos cuantos valencianistas se reunieran y crearan un nuevo club llamado Algirós o algo por el estilo y empezar de cero hasta llegar a jugar como alquilado en Orriols e incluso en Mestalla, que se habría quedado sin los 40.000 ingenuos que año tras año pagan su cuota, para engrandecer los futuros negocios inmobiliarios de Lim y su compadre, o lo que sea, Jorge Mendes.
Visto el panorama, el futuro tan oscuro e incierto como se pronosticaba al reinado de Witiza, hay que empezar a luchar por evitar el descenso que si ello no da gloria a la entidad al menos da emociones y cada semana toca armarse de paciencia. Hasta el final del segundo tiempo.
Posdata. Valencia ha inaugurado el pabellón Roig Arena, modelo envidiado en todo el Estado. Para acabar también sirve la buena literatura: “Dios que buen vasallo si hubiere buen señor”. Por favor no comparen. Juan Roig se decantó por el baloncesto.
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