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Opinión | En el barro

València

Trata de arrancarlo, Carlos

Mazón ha intentado estos días arrancar la legislatura. Volver a dar gas tras gripar con la dana. Pero arrancarla para él, para su proyecto político de supervivencia y preparando el terreno para unas próximas elecciones

Nuñez Feijóo y Carlos Mazón, en una imagen de archivo.

Nuñez Feijóo y Carlos Mazón, en una imagen de archivo. / Eduardo Parra - Europa Press

La encuesta de Prensa Ibérica, el Día de la Comunitat Valenciana que no ha sido y la reaparición estelar en entrevistas del president de la Generalitat. Dentro de ese triángulo cabe este Nou d’Octubre diferente por ser el primero después de la riada del 29 de octubre de 2024, el hecho que domina la vida pública valenciana, también cada uno de los vértices citados.

Nuestra encuesta (más allá de lo que cuestione el president sobre su contenido en alguna entrevista) confirma la opinión de los valencianos sobre Carlos Mazón manifestada en mayo pasado y que es la misma que han revelado otros estudios demoscópicos. Más del 80 % cree que debe irse y aun son más los que dicen que no debe presentarse a la reelección. En coherencia con ello, la valoración del jefe del Consell se hunde en un año: de estar entre los dirigentes más valorados y aprobar (5,15) antes de la dana a ser el peor considerado, con menos de un 2 sobre 10. La cuestión que merece una reflexión es por qué esos mismos ciudadanos, al ser preguntados sobre a qué partido votarían hoy, la encuesta estima que el PP de Mazón sería el más votado, aunque retrocede bastante, y podría mantener el poder. Por poco, pero podría. Los valencianos no quieren a Mazón, pero votarían una papeleta con su nombre puestos en esa tesitura. Es la anomalía (por decirlo de alguna manera) que refleja el sondeo, pero que no es nueva en la Comunitat Valenciana, es un rasgo ya exhibido en las urnas. Indica el peso dominante de las siglas, la ideología y la marca, a la hora de votar, más allá de la gestión del candidato y su gobierno. Indica que se continúa votando mirando mucho el contexto español, aunque se trate de unas elecciones autonómicas; mirando a Alberto Nuñez Feijóo y a Pedro Sánchez y a todo lo que pasa en esa gran batalla tanto o más que a Mazón.

Los valencianos no quieren a Mazón, pero votarían una papeleta con su nombre puestos en esa tesitura

Al margen del poder creciente de Vox, que es el ganador de la encuesta y que tendría mucha más fuerza en un hipotético Consell con el PP, el dato más preocupante de la encuesta es el retroceso de valores democráticos que refleja y la mala valoración de la política valenciana, que se dispara en un año, después de todo lo que ha envuelto a la riada. Es un aviso de que las inundaciones pueden dejar el modelo de convivencia y el autogobierno por los suelos, llenos de fango, desacreditados e inservibles. Quiere decir también, si se compara con los datos de mayo, que de esta situación de caos, ruido y descontento general, la derecha sale menos tocada que la izquierda. En el hundimiento general de la política, resiste mejor el PP que el PSPV y la ultraderecha va como un torpedo. Todo eso sugiere la encuesta.

De esta situación de caos, ruido y descontento general, la derecha sale menos tocada que la izquierda

Un aviso naranja de fuertes lluvias ha motivado la suspensión de todos los actos públicos del Nou d’Octubre, incluso los que se celebran bajo techo, como el acto institucional en el Palau de la Generalitat. Tras la tragedia de 2024, la precaución se impone. Se venía un día complicado, con la expresión en la calle de ese malestar que la encuesta transpira por la gestión de la emergencia y lo que ha venido después. Mazón se ha librado de un examen complicado, pero la convivencia ha salido ganando de esta paradoja con las lluvias y las alertas. Esta sociedad no necesita más erosión de valores democráticos. Tampoco la Generalitat, como institución.

Mazón se ha librado de un examen complicado, pero la convivencia ha salido ganando

Trata de arrancarlo, Carlos. Quizá los más jóvenes no recuerden la frase, aunque creo que ha servido para algún anuncio. Son las palabras que le repitió el copiloto Luis Moya a Carlos Sainz (padre) en una prueba definitiva del mundial de rallies cuando el coche se paró en la cuneta a unos pocos metros de la meta y se quedaban sin el título.

Trata de arrancarlo, Carlos. Creo que Mazón ha intentado con estas entrevistas encadenadas alrededor del Nou d’Octubre arrancar la legislatura. Volver a dar gas tras gripar con la dana. Pero arrancarla para él, para su proyecto político de supervivencia y preparando el terreno para unas próximas elecciones, cuando sean. Ha hablado mirando a la jueza, descargando responsabilidades en la toma de decisiones del 29-O, justificando toda su actuación aquel día, con la famosa larga comida con la periodista en el dichoso restaurante y su llegada al centro de operaciones cuando la catástrofe ya estaba desencadenada. Ha hablado para reforzar el discurso de que todo fue tan mal aquel día principalmente porque actuaron mal las agencias estatales. Me hubiera gustado algo de arrepentimiento, más cercanía con los afectados y con un pueblo herido. Pero posiblemente estas palabras extractan mejor que nada lo que han sido estos doce meses. Son buena expresión de un barro que ya es infeccioso. No se trata de arrancar la maquinaria hacia una nueva victoria. Se trataría de levantarse sanos y limpios otra vez. Así debería ser.

Por cierto, Carlos (Sainz) no arrancó su bólido.

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